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El temor a la radiactividad en alimentos ensombrece los avances en Fukushima

Los productos afectados no llegaron a comercializarse. Japón cerrará y desmantelará la central una vez se terminen de estabilizar los núcleos de los reactores.

Estado de la central tras los incidentes. Foto: Reuters
Jairo Mejía (Efe)

20 de marzo 2011 - 16:59

Los operarios continuaron enfriando los reactores más inestables en la planta de Fukushima Daiichi, al tiempo que el descubrimiento de niveles de radiactividad en alimentos de la zona impidieron elevar el optimismo. El portavoz del Gobierno nipón, Yukio Edano, confirmó que se han detectado niveles de yodo radiactivo por encima de lo permitido en la leche de cuatro lugares de la provincia de Fukushima y en espinacas de la vecina provincia de Ibaraki.

Aunque la contaminación fue detectada a tiempo y los productos no llegaron a comercializarse, ese hallazgo podría afectar a los productores agrícolas y ganaderos locales, incluso fuera del perímetro de 30 kilómetros desde la central donde se deben extremar precauciones. El Gobierno nipón anunció que podría aprobar este lunes regulaciones para evitar que alimentos contaminados de la zona cercana a la central de Fukushima lleguen a distribuirse, mientras Edano pidió tranquilidad a los japoneses pues "no existe riesgo inmediato".

Las autoridades también han detectado bajos niveles de yodo radiactivo en el agua corriente de Tokio y zonas cercanas a la capital, pero el Gobierno reiteró que no suponen un riesgo para la salud, como tampoco es peligroso exponerse a la lluvia. Las preocupaciones por la radiactividad en los alimentos se contraponen a los positivos avances en el control de los seis reactores de la central de Fukushima, aunque Edano matizó que la situación "es todavía incierta", sobre todo en el reactor 3.

Las unidades 1, 2, 5 y 6 ya están conectadas a fuentes de energía externa y pronto podrían poner en funcionamiento sus paneles de control y las bombas de agua del sistema de refrigeración, aunque el reactor 1 podría experimentar más dificultades, según TEPCO, la empresa que opera la planta. Las unidades 5 y 6 son las menos afectadas y este domingo se registraron temperaturas relativamente normales en sus piscinas de almacenamiento de combustible usado, lo que permite una cierta tranquilidad en ese frente. Los esfuerzos se concentran en las unidades 3 y 4, las más afectadas por las explosiones que se sucedieron tras el terremoto de 9 grados del 11 de marzo y el posterior tsunami, que inutilizó los sistema de refrigeración. La unidad 3 es una fuente de preocupación para la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, ya que la presión de la vasija de contención, que protege el núcleo, se había incrementado y podría ser necesario liberar vapor para evitar males mayores.

Los ingenieros de TEPCO finalmente descartaron realizar por el momento esa operación, que emitiría material radiactivo a la atmósfera, pues por el momento la presión parece haberse estabilizado. Después de rociar con miles de toneladas de agua el reactor 3 durante este fin de semana para enfriar su expuesta piscina de combustible, miembros del Ejército nipón se dedicaron este domingo a lanzar líquido a la unidad 4 por primera vez. La operación, en la que se vertieron 80 toneladas de agua, se prolongó durante una hora con la intención de evitar que las barras de combustible queden expuestas al aire y, en el peor de los casos, se fusionen y emitan grandes cantidades de radiación.

Otra señal positiva fue una importante caída en los niveles de radiación de la planta de Fukushima, ya que las mediciones bajaron hasta los 2.579 microsievert por hora el domingo por la mañana, frente a los 3.443 del sábado. No obstante, ni TEPCO ni el Gobierno han cantado victoria en la estabilización de los reactores, especialmente en la unidad 3, que utiliza como combustible una mezcla de uranio y plutonio (MOX) muy contaminante y peligrosa.

El Gobierno japonés desmantelará la central de Fukushima

Japón cerrará y desmantelará la central nuclear de Fukushima Daiichi tras el accidente que ha afectado estas instalaciones por el terremoto y tsunami del día 11, según informó el portavoz del Ejecutivo nipón, Yukio Edano. Edano aseguró en su comparecencia diaria para informar de la crisis que "observando la situación objetivamente está claro" que las instalaciones no serán reutilizadas.

Fukushima Daiichi, en el este de Japón y a unos 250 kilómetros al norte de Tokio, se cerraría una vez se hayan controlado las fugas y las altas temperaturas que desestabilizan los peligrosos núcleos de los reactores. Esta es la primera vez que el Gobierno habla públicamente sobre el futuro de las instalaciones, entorno a las cuales se ha establecido un perímetro de evacuación de 20 kilómetros.

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