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"Hay circunstancias en las que moriríamos si no lloramos". Esta cita del célebre escritor José Saramago es una de las mejores definiciones que podemos encontrar sobre los efectos de llorar.
Llorar es una de las expresiones no verbales que más expresividad tienen. Este acto es algo totalmente natural, no obstante, nuestro cuerpo tiene la capacidad de producir más de 100 litros de lágrimas al año.
Derramar lágrimas se asocia siempre a sentimientos de dolor o tristeza, pero también llorar puede ser la traducción de otras expresiones como alegría o diversión. Además, llorar tiene numerosos beneficios en nuestro organismo. Usado en numerosas ocasiones como terapia, esto es lo que sucede en nuestro cuerpo cada vez que lloramos.
Uno de los principales objetivos de nuestro cuerpo a la hora de producir lágrimas no tiene que ver solo con la capacidad de esta acción para liberar tensiones o sentimientos. El acto de derramar lágrimas también evita que nuestros ojos se resequen, debido a que una deshidratación en estos ojos puede provocar que la visión se vuelva borrosa. Por ello, determinadas personas tienen que recurrir al uso de lágrimas artificiales para devolver la hidratación a las membranas que los recubren.
Las lágrimas es el mecanismo con el que cuenta nuestro cuerpo para hidratar, desinfectar y limpiar tanto la suciedad como las moléculas de polvo que pueden encontrarse en nuestros ojos.
Al llorar liberamos dos tipos de sustancias: oxitocina y endorfinas. Estos dos tipos de hormonas tienen el poder de liberar, calmar y aliviar el dolor. Por eso no es extraño que la mayor parte de la población se sienta aliviada y con mayor confianza después de un buen llanto. Esta es la manera que tiene nuestro organismo para preparar analgésicos naturales que nos relajan y nos ayudan a dormir.
Las lágrimas contienen una enzima conocida como lisozima cuya principal finalidad resulta esencial para el ser humano. Este tipo de componente cuenta con una función de barrera bacteriostática, capaz de alterar y eliminar bacterias. Por lo tanto, es una manera natural y eficaz de mantener a raya estos organismos y mantener la limpieza de nuestros ojos.
Cuando lloramos en respuesta a situaciones o sentimientos de estrés y sentimientos también conseguimos expulsar aquellos componentes químicos de este llanto. Y todo esto tiene su explicación, ya que aunque suene paradójico, cuando lloramos conseguimos disminuir los niveles de manganeso, una sustancia mineral que se encuentra relacionado con estrés o nerviosismo.
Asimismo, al derramar lagrimas también conseguimos eliminar sustancias como la adrenalina o la noradrenalina, cuya abundancia es una de las principales responsables de crearnos estrés o sensación de peligro. Conseguir reducir estas sustancias provocan que muchas veces tras llorar nos quedemos plácidamente dormidos.
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