La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los 30 elegidos por Carlos Herrera
Apenas diez días antes del accidente de la central nuclear de Fukushima, la compañía Tokio Electric Power (Tepco), operador de la planta, había reconocido que había mentido en los informes de control de sus instalaciones.
Diez días antes del terremoto y el tsunami que arrasaron el noreste de Japón y dañaron gravemente la central nuclear de Fukushima N°1, Tepco había entregado un documento a las autoridades en el que reconocía haber manipulado los datos de los controles de mantenimiento. La empresa aseguró que había inspeccionado una treintena de piezas que en realidad no lo fueron.
Tepco confesó que en 11 años no había inspeccionado una pieza que alimenta una válvula de control de la temperatura del reactor, pese a que los técnicos, que se habían contentado con hacer controles rutinarios, aseguraron lo contrario. Otras piezas, cuyo control no es necesariamente obligatorio, tampoco fueron sometidas a inspección, sobre todo, las partes relativas al sistema de enfriamiento y al grupo electrógeno de emergencia.
"El plan de control de las instalaciones y la gestión del mantenimiento eran inapropiados", concluyó la Agencia de Seguridad Nuclear, que aseguró que la "calidad de las inspecciones era insuficiente". Por eso, antes de que se produjera la catástrofe, el gendarme del sector había conminado a la empresa a modificar su comportamiento y a llevar a cabo un nuevo plan de mantenimiento antes del 2 de junio.
"No es posible decir en qué medida los fallos constatados sobre el mantenimiento y el control de las instalaciones han influido en la cascada de problemas originados por el terremoto", dijo la Agencia.
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