¿Por qué están prohibidos los Huevos Kinder en Estados Unidos?

Que Estados Unidos suele tener una visión bastante peculiar de lo que es un peligro para sus ciudadanos es algo que ya sabemos. Armas sí, Huevos Kinder no. Pero resulta que la prohibición del famoso producto de Ferrero viene de lejos, concretamente desde 1938, cuando se aprobó la Ley de Comida, Medicamentos y Cosmética, en la que se prohíben todos los dulces que contengan objetos no comestibles, ya que podrían ser ingeridos por error.

Aunque de primeras pueda parecer un tema carente de seriedad, la realidad es que el hecho de introducir este producto en Estados Unidos puede terminar en sanciones económicas. En concreto, los encargados de la protección de aduanas y fronteras han llegado a confiscar huevos Kinder y multar hasta con 1.200 dólares por huevo.

Como suele ocurrir, esta prohibición a la que están sujetos los Kinder Sorpresa en Estados Unidos ha contribuido a que este producto sea aún más deseado por los ciudadanos estadounidenses. En 2011, por ejemplo, Leslie Dannelly lanzó Free the egg cuyo objetivo era recoger firmas para la legalización de los Huevos Kinder.

Lo que sí está permitido dentro de las fronteras estadounidenses es la versión sin sorpresa del famoso huevo: el Kinder Joy. Pero muchos no se encuentran convencidos con esta versión del original y siguen en su lucha. En su petición, Dannelly también señala que aunque ha habido algunas muertes por ingerir sorpresas de Ferrero en el pasado, la probabilidad de que ocurran es menor que la de ser alcanzado por un rayo.

La decisión se vuelve aún más incomprensible cuando sí está permitido un dulce muy similar al Kinder sorpresa, el Candy Treasure, un dulce de una empresa de Nueva Jersey que contiene también una sorpresa de plástico, lo que lo hace muy similar al Huevo Kinder.

La propia Ferrero advierte que el producto es para mayores de tres años asumiendo que, antes de esa edad, los pequeños pueden tragarse alguna de las pequeñas piezas que constituyen el regalo. De hecho, menos tres niños han muerto por asfixia a lo largo de los casi cincuenta años de historia del Huevo Kinder.