La Policía alerta sobre sustancias químicas peligrosas en laboratorios de institutos de Secundaria
Agentes de los Tedax retiran químicos inestables y potencialmente explosivos de centros educativos de varias comunidades, donde llevaban décadas almacenados.
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Sustancias peligrosas, potencialmente explosivas y almacenadas sin control desde hace décadas en institutos de Educación Secundaria.
Agentes del Grupo de Tedax de la Jefatura Superior de Policía de Aragón han retirado de diferentes institutos de dicha comunidad ácido pícrico y sodio metálico, sustancias que, cuando cristalizan por deshidratación o por el paso del tiempo, se vuelven altamente explosivas. Hasta el punto de que un choque, roce o sacudida violenta, incluso al abrir el tapón, puede hacer que explote.
Otros casos recientes también en institutos
No es un caso aislado. En las últimas semanas se han retirado dichas sustancias, sobre todo ácido pícrico, de centros educativos de Madrid, Galicia o Cantabria, entre otras regiones.
En Cantabria se detectó hace una semana en laboratorios de seis institutos de Secundaria de Santander y Torrelavega, una operación que comenzó tras recibirse alertas sobre la presencia de este compuesto en laboratorios de química de centros educativos.
En Aragón, este viernes se ha conocido que, también después de alertas enviadas a la Policía, se han hallado las sustancias en seis institutos de Secundaria.
En Madrid se detectó hace dos semanas y, en Galicia, hace algo más de un mes, las autoridades retiraron más de 50 recipientes con ácido pícrico, hallados en laboratorios de 23 centros educativos, entre los que se encontraban institutos de Secundaria y Formación Profesional.
¿Qué es el ácido pícrico?
El ácido pícrico es un compuesto químico, también conocido como trinitrofenol (TNP), caracterizado por ser un sólido cristalino amarillo.
El ácido pícrico se usaba en institutos y laboratorios educativos como reactivo químico para experimentos en química analítica y orgánica o en biología para tratar tejidos y que puedan ser vistos al microscopio.
Su utilidad radicaba en su capacidad para identificar metales, realizar pruebas de nitrógeno y fabricar indicadores.
Los peligros del ácido pícrico
El ácido pícrico es una sustancia altamente inestable que se utiliza como carga aumentadora para hacer explotar otro explosivo menos sensible. Es decir, como detonante, pues basta agitarlo o tirarlo contra el suelo para producir una explosión.
Se emplea en municiones y explosivos, en la producción de cerillas o baterías eléctricas y también para grabar cobre y fabricar vidrio coloreado, en la industria del cuero y en la síntesis de tintes.
Presenta riesgos graves debido a su potencial explosivo, especialmente por su sensibilidad a impactos, fricción o calor. Requiere manejo y almacenamiento cuidadoso para evitar accidentes y es altamente inflamable y explosivo, especialmente cuando se seca o se cristaliza.
Además, es tóxico al contacto con la piel y puede liberar vapores dañinos para las vías respiratorias si no se maneja adecuadamente.
Su ya mencionada peligrosidad lo hizo caer en desuso en contextos educativos, pero no ha desaparecido del todo, con numerosos puntos donde se almacena de forma prolongada e inadecuada, olvidado y sin ser desechado adecuadamente.
¿Qué es el sodio metálico?
Por su parte, el sodio metálico es una sustancia muy reactiva que se oxida en presencia del oxígeno y reacciona violentamente con el agua.
Se suele utilizar en los laboratorios para la desecación de disolventes.
Además, en educación se empleaba en experimentos químicos como por ejemplo para demostrar la reactividad (para mostrar reacciones químicas intensas, como su violenta reacción con el agua), como agente reductor en síntesis orgánicas simples o para observar la rápida oxidación en presencia de oxígeno, ilustrando conceptos de química inorgánica.
Concienciación sobre su peligrosidad y cómo retirarlo
Los expertos advierten de la falta de una revisión sistemática de los materiales almacenados en laboratorios educativos y también de que no se tiene ni conciencia sobre su peligrosidad ni protocolos actualizados para gestionar químicos peligrosos.
Desde la Policía Nacional han hecho un llamamiento a aquellos centros educativos que pudieran tener almacenadas estas sustancias químicas en sus laboratorios, para que se pongan de inmediato en contacto con el 091.
La retirada y destrucción de estas sustancias requiere de precauciones especiales, por eso hay que recurrir siempre a expertos en explosivos, los Tedax, que emplean para ello protocolos de seguridad específicos.
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