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Las plantas medicinales para la menopausia deben tomarse bajo prescripción

Expertos consideran que su mala utilización puede ser motivo de interacciones y determinados efectos adversos.

Los especialistas aconsejan consultar con el farmacéutico o el médico.
Ramiro Navarro

25 de noviembre 2010 - 01:00

La medicina natural y la fitoterapia es cada vez más utilizada durante la menopausia ya que está demostrado que aporta bienestar y mejora la calidad de vida de las mujeres en esta etapa de la vida, si bien los expertos insisten en que las plantas medicinales son fármacos y, como tales, deben tomarse bajo supervisión médica.

Así lo han asegurado durante el tercer Congreso Nacional de Fitoterapia que se está celebrando estos días en Granada, organizado por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), recordando también la importancia de respetar las indicaciones del prospecto. Según los expertos, es fundamental que la paciente consulte siempre a su ginecólogo, médico, o farmacéutico antes de utilizar una planta como si de un medicamento se tratase ya que su mala utilización puede ser motivo de interacciones y efectos adversos. Los fitoestrógenos son los tratamientos fitoterápicos más utilizados en la actualidad por estas mujeres, si bien en los últimos años otros preparados están demostrando eficacia y seguridad en algunos de los trastornos frecuentes en esta etapa de la vida de la mujer.

Del mismo modo, aunque los síntomas vasomotores (sofocos o sudoraciones) son el trastorno más atendido por la fitoterapia, asistimos, en la actualidad, al desarrollo de otras soluciones para otros trastornos como las afecciones osteomusculares, para lo que existen numerosos preparados fitoterápicos elaborados con extractos procedentes de distintas plantas medicinales, como uña de gato, harpagofito o árnica, que han demostrado su efecto positivo en el tratamiento de estas afecciones. Además, las isoflavonas cuentan con una estructura química que les permite actuar en los mismos lugares que algunas hormonas femeninas, supliendo en parte el papel de los estrógenos, cuya disminución durante la menopausia es la causa de la aparición de sofocos y sudoraciones. Por ello, según explica el doctor Estanislao Beltrán, coordinador del Grupo de Trabajo de Fitoterapia de la AEEM, en lo que se refiere a la sequedad y atrofia vaginal, se ha demostrado que estos compuestos, que se encuentran en la soja y el trébol rojo, pueden mejorar ambos aspectos.

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