El párkinson aparece entre 10 y 20 años antes que los síntomas motores

"La película de la vida. En la que yo soy el protagonista, ya que no he podido elegir el argumento pues participo en la trama tomándome las cosas con calma. Ahora me he dado cuenta que lo importante es vivir día a día". Éstas fueron las palabras de Alberto García, de 52 años, a quien le diagnosticaron párkinson cuando tenía 44. Esta patología es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, por detrás del alzhéimer. Los expertos estiman que el párkinson afecta al 2% de la población mayor de 65 años, por lo que se calcula que en España hay entre 80.000 y 100.000 enfermos y se estima que entre un 30-40% más no están bien diagnosticados. "Al principio te crees que no vas a tener futuro, que perderás el trabajo y que todo el mundo te dará de lado. Con el tiempo ves que no es así. Reconoces que, a veces, estás más torpe en algunos aspectos, pero con la medicación justa, con ganas y coraje, se sale adelante", declaró García, durante el VIII seminario Lundbeck de Neurología La enfermedad de párkinson: Diagnosticar para prevenir.

El comienzo de la enfermedad en el cerebro puede preceder en más de 10-20 años a sus manifestaciones clínicas típicas como los trastornos motores: el temblor, la rigidez o la lentitud de movimientos. En este tiempo, pueden presentarse síntomas vagos e inespecíficos como pérdida de olfato, trastornos de conducta durante el sueño, depresión o estreñimiento. También hay un elevado porcentaje de infradiagnóstico. "Hasta hace pocos años, entendíamos que diagnostico precoz era sinónimo de establecer un diagnóstico lo antes posible tras la aparición de los primeros síntomas motores. Hoy en día, el diagnóstico precoz es aquel que se establece años antes de que aparezcan los síntomas motores, en la fase premotora de la enfermedad. Éste es el gran reto, pero hay una serie de obstáculos que deben ser tenidos en cuenta, sobre todo la dificultad en determinar el riesgo de cada uno con certeza", afirmó el Dr. Gurutz Linazasoro, director del Centro de Investigación de Párkinson de la Policlínica Gipuzkoa de San Sebastián, quien cree que "si se identifica la enfermedad en esta fase precoz y se consiguen retrasar los síntomas unos años, el número de enfermos se reduciría a la mitad en dos o tres décadas".