Se eleva a 20 el número de víctimas por el terremoto de Costa Rica
Aún quedan cerca de 50 personas aisladas en pequeños poblados cuyos caminos de acceso quedaron destruidos por avalanchas y corrimientos de tierra y se considera que al menos 56 han desaparecido.
San José/Las víctimas mortales causadas por el terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter que sacudió Costa Rica el jueves pasado son ya 20, mientras que otras 43 personas permanecen desaparecidas en poblaciones rurales cercanas al epicentro, informó a Efe la Cruz Roja.
Un portavoz de esa organización indicó que en las últimas horas se han encontrado tres cadáveres: dos de ellos estaban sepultados por un derrumbe en la comunidad de Vara Blanca, provincia de Heredia, y el otro fue hallado en un barranco dentro de un camión que fue arrastrado por un alud en la comunidad de Cinchona, Heredia.
Los equipos de socorro acababan de localizar un poco antes los cuerpos de otras tres personas sepultados por un derrumbe que cayó encima de un pequeño restaurante en la localidad de Vara Blanca, una de las más afectadas.
Los demás cuerpos fueron hallados entre el jueves y el viernes en las comunidades de Fraijanes, provincia de Alajuela, y Vara Blanca, mientras en San José sólo falleció una mujer a causa de un infarto al corazón.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó de que hasta el momento se han logrado identificar a nueve de las víctimas correspondientes a tres niñas, una mujer y cinco hombres.
El último informe de la Cruz Roja elevó a 819 las personas aisladas, pero a las que los socorristas han ofrecido ya alimentos y tratamiento médico a la espera de que sean rescatados vía aérea.
Además, se contabilizan 91 heridos, 38 de ellos de gravedad, y 43 desaparecidos.
Un total de 1.519 personas permanecen en albergues en las zonas rurales de Poás y Vara Blanca (60 kilómetros al noroeste de San José), las más cercanas al epicentro del terremoto que se ubicó 10 kilómetros al este del Volcán Poás y con una profundidad de sólo seis kilómetros.
Por su parte, las informaciones más recientes de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) indicaron que en las labores de rescate colaboran cuatro helicópteros 'Black Hawk' del Comando Sur de Estados Unidos y uno del gobierno de Colombia.
Para el final del día se espera haber rescatado a casi la totalidad de personas de las zonas montañosas de mayor peligro y trasladarlas a los albergues en áreas seguras.
Las labores de rescate y atención humanitaria de los miles de afectados continúan en el área montañosa cercana al volcán Poás mientras la recolección de víveres y suministros se intensifica en San José y el resto del país, donde no se produjeron daños por el sismo.
Costa Rica ayuda a miles de afectados por el seísmo
Costa Rica entera se ha movilizado para ayudar a los miles de damnificados por el seísmo del jueves, que ha causado al menos 17 muertos y cien heridos, según informaron hoy los equipos de rescate, que han logrado llegar a la zona más afectada.
Aún quedan cerca de 50 personas aisladas en pequeños poblados cuyos caminos de acceso quedaron destruidos por avalanchas y corrimientos de tierra y se considera que al menos 56 han desaparecido.
Los equipos de socorro encontraron hoy los cuerpos de tres personas sepultadas bajo escombros en un pequeño restaurante, con lo que el número de víctimas mortales aumentó a 17, según informó la Cruz Roja.
Un portavoz de la Cruz Roja confirmó a Efe que tres patrullas terrestres entraron en horas de la mañana a la zona de mayor desastre con perros rastreadores para poder localizar a heridos o posibles víctimas bajo los escombros de construcciones o de avalanchas.
Casi 1.400 personas permanecen en once albergues en plazas, parques, escuelas y salas comunales, pues muchos vieron sus casas derrumbarse por el sismo o quedar sepultadas bajo deslizamientos y 30.000 no tienen servicio de agua potable por daños a los acueductos y una hidroeléctrica cercana.
Además, han sido atendidos casi 100 heridos, 38 de los cuales debieron ser trasladados a hospitales por su gravedad.
Desde ayer viernes cientos de personas, entre ellas unos 200 turistas que estaban en un hotel en las cercanías de la Catarata de la Paz, uno de los lugares de mayor impacto del temblor, fueron rescatadas por vía aérea o terrestre, una operación que se espera agilizar hoy para llegar ya a los sitios más inaccesibles.
Hoy llegaron tres helicópteros estadounidenses Blackhawk, que fueron despachados desde una base en Honduras, y uno colombiano, facilitados por los gobiernos de esos países para brindar ayuda.
Esta es la única ayuda exterior, más 50.000 dólares suministrados por los estadounidenses, que ha llegado al país tras la petición que hizo ayer Oscar Arias, que visitó la zona afectada y manifestó que la prioridad es completar las labores de rescate.
El fuerte temblor no causó daños de consideración en San José, pero sí afectó seriamente a los habitantes de comunidades rurales en la zona del volcán Poás, unos 60 kilómetros al noroeste de la capital costarricense.
Silvana López, una turista argentina que viajaba por carretera con su familia cuando ocurrió el terremoto, relató que "de pronto el camino se derrumbó frente a nosotros y por detrás. Pasamos la noche en una plantación de fresas con muchas otras personas".
Igualmente, cientos de vecinos de Poás y Vara Blanca, los lugares más cercanos al epicentro, han debido dormir a cielo abierto o en tiendas de campaña desde el jueves, como muchas de las personas que han sido rescatadas de las áreas montañosas donde estaban aisladas.
Ante la urgencia de prestar ayuda, las autoridades de socorro y decenas de organizaciones civiles recolectan y reparten agua, comida, mantas, bolsas de dormir y artículos de aseo personal entre los damnificados, unas necesidades que van en aumento.
Centros de acopio para llevar donativos se han habilitado por todo el país, así como cuentas bancarias para que los ciudadanos puedan ayudar a los damnificados.
Hoy, el Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori) informó de que el sismo causó grietas de hasta 100 metros de longitud en las paredes internas del volcán Poás, activo, por lo que se mantiene una fuerte vigilancia, pues aún se desconocen los efectos que pueda tener sobre la actividad eruptiva.
Los expertos reconocieron haber detectado cambios en el Poás tras el terremoto.
Por ejemplo, un aumento de 13 grados Celsius en la temperatura del agua de la laguna en uno de los cráteres y la aparición de manchas de azufre en la laguna de hasta 30 metros de diámetro, lo que hace suponer que hay altas concentraciones de este mineral en el interior del cono.
En la zona cercana al epicentro los movimientos telúricos han continuado, pero, de acuerdo con el Ovsicori, las más de 2.000 réplicas del terremoto han disminuido en frecuencia e intensidad.
También te puede interesar