La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
El coronavirus no solo ha provocado una pandemia sanitaria sino una gran crisis económica. En la mayoría de los países donde el covid-19 no deja de expandirse, son millones de empleos destruidos. Los meses de confinamiento, la paralización de la actividad económica, las normas sanitarias y sociales para evitar el contagio de la enfermedad y los cambios de hábitos han acabado con el empleo en muchos sectores.
Según la EPA, en España la destrucción de empleo en el primer trimestre de 2020 ha afectado a 285.600 puestos de trabajo. Sin embargo, hay que ver la cara positiva a la situación que nos ha tocado vivir y es que, el coronavirus demanda otras profesiones.
Desde rastreadores de coronavirus y auxiliares de playa que velen por el cumplimiento de la distancia de seguridad, hasta controladores de temperatura o productores de mascarillas.
Antes del covid-19 las mascarillas ya se fabricaban, pero su uso se limitaba a determinados trabajos y en el sector sanitario. Sin embargo, ahora hay empresas y particulares que se lanzan en todo el mundo de la producción de mascarillas.
Organizaciones sin ánimo de lucro como Battelle, con sede en Ohio, Estados Unidos, han encontrado la manera de desinfectar las mascarillas N95. La empresa afirma que puede contratar hasta 1.300 trabajadores en todo el país usando una solución de peróxido de hidrógeno, por lo que el Gobierno de los Estados Unidos se ha interesado en su oferta.
La rápida propagación y contagio del covid-19 hace imprescindible la nueva figura del rastreador. Para optar a este puesto de trabajo no es necesario tener un perfil sanitario, aunque es importante mencionar que cada comunidad autónoma tiene su propio criterio de contratación.
En Estados Unidos, este puesto podría llegar a crear más de 250.000 empleos, con un salario de hasta , ha apuntado el economista laboral de Moody's Analytics, Dante DeAntonio.
Quedan pocos días de verano, pero septiembre también es un mes elegido para las vacaciones en la playa, cuando las aglomeraciones son escasas. Ahí, en las playas, surge el nuevo trabajo de auxiliar de playa, para vigilar el cumplimiento de las normas contra el coronavirus. En Andalucía se han contratado a 3.000 personas para que lleven un control del aforo y velen por el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social sanitarias.
Los contratados deberán realizar un curso intensivo previo sobre seguridad y protocolos sanitarios para garantizar un acceso libre del virus a las playas.
Detectar pronto el covid-19 a través de test es una prioridad en los centros sanitarios. De ahí que un yacimiento de empleo sea el de realizador de test. Consiste en hacer pruebas de hisopos o bastoncillos, tanto en hospitales y residencias de ancianos o empresas, para garantizar la seguridad y salud general de los pacientes y trabajadores.
En general, los puestos son ocupados por enfermeras y auxiliares de enfermería, cuyo sueldo ronda los 45 dólaresla hora en países como Estados Unidos, según la economista de Julia Pollak.
Controlar la temperatura es una de las medidas que se están haciendo para detectar la presencia del coronavirus en las personas. En aeropuertos, centros educativos, empresas o lugares públicos, en muchos países estos controles son obligatorios.
Por eso, los emprendedores han visto la necesidad de un técnico que se encargue de controlar la temperatura de las personas en lugares muy concurridos, ayudará a evitar la propagación del virus.
Metro y medio o dos metros de distancia entre las personas; en un restaurante, terraza, en el supermercado o en los centros comerciales. Hay empresas como Coyle Hospitality Group, conocida por emplear compradores encubiertos para calificar el servicio al cliente de distintos negocios, que ya han comenzado una iniciativa que vigile el cumplimiento de esta distancia de seguridad.
La empresa planea contratar a varios miles de trabajadores que actúen como "embajadores de distanciamiento social" en los próximos meses, ha comentado su presidente, Jim Coyle.
Geles desinfectantes, mascarillas y también pantallas de protección. Son tres de los productos más demandados para evitar contagios. Compuestas por un cristal acrílico, plexiglas, muchas empresas se han reconvertido para adaptar su trabajo a la producción de estas pantallas dada su alta demanda.
Con la nueva normalidad, muchas empresas se ven obligadas a buscar perfiles de prevención de riesgos específicos que velen por el cumplimiento de los protocolos sanitarios.
Estos perfiles velarían por el control más exhaustivo en las entradas y salidas del puesto de trabajo, desinfecciones de la oficina, etc.
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