Ni papel de aluminio ni film transparente: la forma correcta para conservar el queso y los embutidos
Los trucos para conservar correctamente estos alimentos
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Disfrutar de una buena tabla de quesos y embutidos es un placer para los amantes de la buena comida. Sin embargo, a menudo nos encontramos con el problema de cómo conservar estos alimentos una vez que han sido cortados, ya que el frío del refrigerador puede secarlos, quitarles sabor y acabar llevándolos a la basura. Afortunadamente, existen trucos sencillos y eficaces para mantener los quesos y embutidos en perfecto estado durante más tiempo.
Uno de los secretos mejor guardados por los expertos es el uso de recipientes herméticos, como los tuppers, para almacenar estos alimentos. Al ser un recipiente cerrado, el tupper reduce al mínimo el contacto con el aire, principal responsable de que los embutidos y quesos se resequen o desarrollen moho. De esta forma, no sólo se prolonga su vida útil, sino que se conserva su sabor y textura casi intactos.
Además del uso de tuppers, existen otros métodos específicos para cada tipo de producto. En el caso del queso, se recomienda envolverlo en papel encerado o de horno si se trata de variedades tiernas o semicuradas, mientras que para los quesos curados o con moho superficial, lo ideal es utilizar un paño de algodón ligeramente humedecido. Otra técnica interesante es conservar el queso en aceite de oliva virgen extra, cortándolo en trozos y sumergiéndolo en el aceite junto con hierbas aromáticas como romero o tomillo.
Cómo controlar la humedad en los quesos
Si se opta por usar queseras de cristal, una buena idea es añadir unos garbanzos secos o un poco de arroz en la base, ya que estos ingredientes absorberán el exceso de humedad y ayudarán a retrasar la aparición de moho. Sea cual sea el método elegido, es fundamental mantener el queso siempre refrigerado para ralentizar su proceso de curación.
En cuanto al embutido, algunas de las técnicas más efectivas incluyen envolverlo con papel film y cubrirlo con un trapo de algodón limpio, cubrir el corte del jamón con su propia grasa o untar el corte con aceite de oliva antes de guardarlo. Estos trucos ayudan a evitar que el embutido se seque prematuramente, pierda humedad o se ponga rancio.
Consejos finales para disfrutar al máximo de quesos y embutidos
Un último consejo que comparten los expertos es dejar reposar tanto el queso como el embutido a temperatura ambiente durante al menos 30 minutos antes de consumirlos. Este pequeño gesto permite que estos alimentos recuperen su jugosidad y aroma natural, haciendo que la experiencia gastronómica sea aún más placentera.
El queso es un alimento sólido que se obtiene por maduración de la cuajada de la leche animal, generalmente de vaca, cabra u oveja. Se produce mediante la coagulación de la proteína de la leche (caseína), que se separa del suero. Existen miles de variedades de queso en el mundo, con diferentes texturas, sabores y métodos de elaboración.
¿Cómo deben conservarse los quesos blandos?
Los quesos blandos, como el camembert o el brie, deben envolverse en papel encerado o de horno y guardarse en la parte menos fría del refrigerador, idealmente a unos 8 °C. Es importante cambiar el papel regularmente si se humedece para evitar el crecimiento de moho.
¿Qué son los embutidos curados?
Los embutidos curados son productos cárnicos elaborados a partir de carne picada y grasa, generalmente de cerdo o vacuno, que se introducen en una tripa natural o artificial y se someten a un proceso de curación. Algunos ejemplos populares son el chorizo, el salami y el salchichón. La curación se realiza mediante la adición de sal, nitratos y especias, y puede durar desde unas semanas hasta varios meses, dependiendo del tipo de embutido.
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