Una mujer ratifica al juez su denuncia por el robo de su hija tras el parto
La denunciante asegura que sor María le dijo que le quitaba a su bebé "por adúltera" · La hija, que conoció a su madre al cabo de treinta años, espera que "si no lo paga aquí, que lo pague arriba"
María Luisa Torres, la mujer que acusa a la monja María Gómez Valbuena, conocida como sor María, de haberle sustraído a la hija que tuvo en 1982 en un hospital madrileño, ratificó ayer ante un juez que la religiosa le dijo que le quitaba a la bebé "por adúltera", ya que el padre no era su marido.
Torres y su hija Pilar, que se reencontraron hace medio año tras confirmarse su relación biológica por pruebas de ADN, comparecieron durante dos horas ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero. A la salida, María Luisa explicó que su declaración le "ha dolido" por tener que volver a pasar "por toda la historia otra vez", pero que estaba satisfecha porque había contado al juez "la verdad" y le había informado "punto por punto de cómo sucedieron las cosas". "Sólo espero que haya justicia, tanto sufrimiento no puede quedar así", afirmó entre lágrimas.
Su hija Pilar, que el pasado domingo celebró una reunión con su familia biológica por su 30 cumpleaños y que también salió llorando de los Juzgados, comentó que confía en la justicia, aunque destacó: "Si no lo paga aquí, que lo pague arriba".
A la joven la habían contado desde pequeña que sus padres eran adoptados porque su verdadera madre, que se dedicaba a "la mala vida", "la había abandonado", según contaron a Efe fuentes jurídicas, que resaltaron que Pilar llegó a ir con su padre adoptivo a un programa de televisión para buscar a su progenitora.
Esta denuncia por detención ilegal contra sor María es la primera que llega a un Juzgado después de que la Fiscalía de Madrid viera indicios de delito en la actuación de la religiosa, que trabajó en las clínicas Santa Cristina y San Ramón de la capital a las órdenes del doctor Eduardo Vela.
Torres, que dio a luz en marzo de 1982 a su hija en la clínica Santa Cristina de Madrid, estaba separada de hecho de su marido, con el que tenía una hija, y acudió a sor María porque le habían dicho que ayudaba a madres con problemas.
Sin embargo, tras dar a luz a la hija que tuvo de una relación con otro hombre, sor María le dijo en el mismo hospital que la bebé había muerto, luego que la iba a dar en adopción a un matrimonio francés y, finalmente, que se la quitaba "por adúltera".
Recordó que la religiosa, "con todo descaro y crueldad", le amenazó con que si hablaba le quitaba a su otra hija e incluso la podía llevar "a la cárcel".
María Luisa, que estuvo arropada por su madre, María Romero, recibió en los Juzgados los aplausos de una veintena de otros afectados por el caso de los niños robados, en el que se investiga la sustracción, entre las décadas de los cuarenta y noventa, de bebés a sus padres tras decirles que habían fallecido en el parto.
"Todos somos María Luisa" era el eslogan escrito en algunas pancartas en su apoyo, y ella, que tuvo una tercera hija con su primer marido, confió en que a partir de ahora "se den pasos de gigante" en las investigaciones porque hay "miles de casos" como el suyo.
El abogado de la víctima, Guillermo Peña, explicó que a la declaración no acudió el abogado de la religiosa, un hecho que quizá podría determinar una anulación de las actuaciones.
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