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La misteriosa y preocupante muerte de más de 300 elefantes en Botsuana

Naturaleza

No hay escasez de agua, ni de comida en la zona, ni precedentes que puedan explicar la situación.

Tampoco han sido matados por furtivos, ni hay rastros de veneno que puedan haber causado la muerte

No se descarta el coronavirus u otro patógeno que haya originado el fallecimiento

El desgarrador momento en que un águila se lleva en sus garras un tiburón

Uno de los animales muertos
José Hacha / Agencias

03 de julio 2020 - 08:40

Preocupación, pena e impacto. Son las tres sensaciones que quedan tras la muerte de más de 300 elefantes en el país africano de Botsuana. En este Estado es dónde hay una colonia más elevada de estos paquidermos africanos, y el fallecimiento de más de tres centenares de estos animales, se ha convertido en todo un acontecimiento y noticia nacional. ¿Por qué han muerto? Es la gran pregunta que se hacen en Botsuana ya que no tienen signo de violencia, habitual si han sido abatidos por cazadores furtivos, y tampoco, de momento, se ha podido esclarecer si han fallecido a causa de veneno o de algún patógeno. La muerte es toda una incógnita para los conservacionistas del país.

"Las investigaciones respecto a la muerte sin explicación de los elefantes aún están en proceso", señaló este jueves el Gobierno de Botsuana en un comunicado.Las autoridades de la nación austral cifran el total de muertes en 275, pero las organizaciones conservacionistas que trabajan en la zona hablan de más de 350.

"Es muy, muy extraño, especialmente que sea solo elefantes. Me hace sospechar que es algún patógeno o enfermedad de algún tipo, pero es solo especulación", afirmó Niall McCann, director de conservación de la organización británica National Park Rescue que ha tomado la iniciativa en la divulgación de este problema.

Las alarmas comenzaron a saltar a primeros de mayo, cuando se localizaron los cadáveres de un puñado de elefantes en la zona del Delta del Okavango y los expertos locales no pudieron conjeturar una causa de la muerte a simple vista.

"Eso es siempre preocupante porque normalmente puedes decir si murieron por veneno, por un disparo...Así que llamaron a otros conservacionistas para volar sobre la zona y localizaron 169 cadáveres", indicó McCann a Efe en conversación telefónica desde Cardiff (Reino Unido).

A mediados de junio, en vista de que el Gobierno de Botsuana no había realizado avances significativos, los ecologistas locales hicieron otra batida.

Con esa nueva búsqueda el número total de elefantes fallecidos por causas desconocidas aumentó, según sus recuentos, hasta 350.

"Además había otros elefantes que caminaban alrededor y que claramente mostraban signos de impedimentos neurológicos, como caminar en círculos o tener las piernas inestables. Para mí eso indica que lo que sea, se trate de una enfermedad, un veneno o una toxina, tiene efectos en el sistema nervioso", apuntó el experto.

El Gobierno de Botsuana, sin embargo, cifra el total de elefantes fallecidos en 275 muertes y aseguró hoy, en respuesta al revuelo causado por la noticia, que ya se han enviado muestras a laboratorios de otros países para averiguar la causa de las misteriosas muertes.

Una situación sin precedentes

No hay escasez de agua, ni de comida en la zona, ni precedentes que puedan explicar la situación.

Los furtivos ocasionalmente usan veneno para darles muerte y hacerse sus colmillos, pero las sustancias más comunes (principalmente cianuro) también dejan huella en otras especies, como por ejemplo buitres o hienas que se alimentaron de los cadáveres.

En este caso, no hay signos de que lo que mate a los enormes mamíferos esté afectando a ninguna otra especie y todas las muertes se concentran solo en la región del Delta del Okavango.

Tampoco parece haber relación con la presencia de ántrax, una toxina que se encuentra en el medio natural y que en las épocas de escasez de lluvia contamina la superficie y es causa habitual de muerte para la fauna.

"El ántrax deja normalmente una huella obvia. Las patas (de los elefantes) están estiradas y la cabeza inclinada hacia atrás. No están muriendo así. Además, el ántrax del suelo sin agua normalmente mataría a un número grande de animales diferentes", detalló McCann.

Lentitud en la respuesta de las autoridades

Para los conservacionistas, el Gobierno de Botsuana está siendo "muy lento a la hora de responder", incluso a pesar de las dificultades causadas por la pandemia de COVID-19.

"La región está cerrada y los recursos son escasos. No tienen la capacidad localmente de hacer todos los test necesarios para identificar el problema y necesitan ayuda. La segunda razón es más política, esta Administración siempre ha cuidado el demostrar a los habitantes rurales que no se preocupan más por los animales que por la gente", opinó McCann.

El riesgo es que, según este especialista, no se puede ignorar que lo que está matando a los elefantes podría desembocar en una auténtica crisis de salud para toda la fauna salvaje, el ganado e incluso también los humanos.

Los conservacionistas ni siquiera pueden afirmar, porque no se han hecho las pruebas, que lo que afecta a los elefantes sea el temido coronavirus.

"Probablemente no es coronavirus, pero tampoco ha sido descartado. Se sabe que puede afectar a los gatos", puntualizó.

"Necesitamos tener un abordaje de salud unitario con esto: con un medioambiente sano tenemos sociedades humanas también. Tenemos que averiguar qué es esto para que no tenga un impacto negativo en la gente también", concluyó McCann.

Botsuana, con una colonia de alrededor de 125.000 ejemplares, es el país del mundo con más elefantes. De ellos, un 10 % se encuentra en la zona del Delta del Okavango.

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