La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
reumatología
Sólo el 56,7% de los encuestados han calificado la gota como una enfermedad, un porcentaje aún menor en los hombres (53,8%), aunque ellos están afectados en mayor medida. Casi la mitad, 4 de cada 10 participantes, la ha definido como un "dolor intenso asociado a malos hábitos de alimentación", una percepción que demuestra que la gota sigue siendo una enfermedad estigmatizada, que se considera autoinfligida por los malos hábitos de vida. Así lo indican las conclusiones de un estudio sobre la percepción de la Gota en España, realizado por Grünenthal y la Liga Reumatológica Española.
Este estudio ha sacado a la luz el desconocimiento por parte de la población española sobre la gota, las diferencias de percepción entre comunidades autónomas y la necesidad de crear más concienciación sobre una de las enfermedades que más ha aumentado su incidencia en países industrializados en el último siglo.
Según ha explicado durante la presentación de estos datos Ana Esquivias, directora del Departamento Médico de Grünenthal: "La gota es una enfermedad crónica cuyo diagnóstico, tratamiento y control adecuado de los niveles de ácido úrico puede incluso permitir su curación; para ello, es vital la implicación del propio paciente en el seguimiento de su enfermedad".
Asimismo, el vicepresidente y secretario general de la LIRE, Fernando Vega, ha asegurado que la gota es una enfermedad a la que se le ha dado "muy poco cariño" en el ámbito médico y social: "Apenas existen estudios sobre ella y socialmente prevalece una idea muy equivocada de lo que es y de las consecuencias que puede tener en la salud en el medio o largo plazo".
El doctor Enrique Calvo, reumatólogo en el Servicio de Reumatología Hospital Universitario HM Sanchinarro, ha asegurado que las conclusiones extraídas de este estudio corresponden con su propia experiencia profesional y ha defendido que deben estimular a los reumatólogos, y también a médicos de otras especialidades, a hacer las cosas mejor y, sobre todo, a difundir globalmente un mensaje unitario sobre la importancia de la gota y de su tratamiento: "Son datos muy valiosos sobre los que trabajar juntos médicos, pacientes y sociedad para lograr que más personas con gota acudan a su médico y obtengan un tratamiento adecuado". El doctor Calvo ha reconocido que algunos pacientes llegan a la especialidad de Reumatología con un retraso diagnóstico y terapéutico en muchos casos demasiado tardío y poco conveniente para el enfermo por sus consecuencias y secuelas articulares y en otros órganos y sistemas a pesar de que sólo el 16% califica la que se ha convertido en la artritis inflamatoria más prevalente como una enfermedad "grave" y un escaso 30% cree que afecta a la calidad de vida y puede producir incapacidad laboral.
Sin embargo, la gota grave aumenta dos veces el riesgo de mortalidad prematura cuando no está controlada, una cifra que coloca esta patología cerca de la diabetes, que la aumentaría en cuatro veces, y el consumo de tabaco, que lo haría en tres, según expertos en Reumatología y Nefrología.
La gota es una enfermedad crónica que se caracteriza por la formación de cristales de urato (sal de ácido úrico) en los tejidos, sobre todo en articulaciones, tendones y ligamentos. El incremento de su prevalencia se debe, entre otros factores, al aumento de la longevidad. La elevación del ácido úrico en sangre puede deberse a factores genéticos, una dieta poco equilibrada, algunos medicamentos y otras patologías como la enfermedad renal crónica. En contra de la creencia extendida, en la mayoría de las ocasiones no está provocada por el paciente.
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