Por qué tenemos miedo a acudir al dentista

Salud bucal

Gran cantidad de personas experimentan miedo y ansiedad cuando se acerca el momento de acudir al dentista

Muchas personas tienen miedo a visitar la consulta del dentista. / M. G.
F. F. B.

29 de enero 2024 - 13:38

Esta reacción, conocida como odontofobia, puede tener distintas causas y es importante analizarlas para comprender por qué tantas personas evitan o postergan sus visitas al odontólogo, poniendo en riesgo su salud bucal.

Pero, ¿por qué sufrimos esta aprensión al tratamiento dental cuando su propósito es el alivio y la curación? La doctora Cristina Moreno está especializada en tratamientos indoloros con el objetivo de evitar este miedo a acudir al dentista. Nos explica que: "El miedo es un mecanismo de protección, una respuesta evolutiva. Y la odontofobia es fruto de un complejo entramado psicoemocional y sociocultural en el que pueden confluir diversos factores, entre los que destacan las experiencias previas, la transmisión cultural del miedo y el propio diseño de la práctica dental, que históricamente ha evocado una connotación negativa".

El plano neurológico

La neurociencia dice que este miedo al dentista puede ser interpretado como una respuesta condicionada. "Las experiencias anteriores, especialmente si han sido traumáticas, pueden dejar una huella en el hipocampo y la amígdala; regiones del cerebro que son fundamentales para el procesamiento del miedo", nos comenta.

Además, afirma que la anticipación de dolor es un potente catalizador del miedo. "El entorno de una consulta dental está repleto de estímulos sensoriales, como el sonido del taladro, el olor de los desinfectantes o la vista de los instrumentos, que suelen provocar en el paciente la previsión de una experiencia desagradable".

Factores psicosociales

Luego está el plano psicosocial, la proliferación de narrativas negativas en torno a la odontología que contribuyen a la perpetuación del miedo. "Las representaciones en medios de comunicación, las anécdotas compartidas entre conocidos y hasta chistes populares refuerzan la percepción de la consulta dental como un lugar de tortura en vez de cuidado", lamenta la odontóloga.

Por otro lado, la vulnerabilidad a la posición del paciente en el sillón dental, que a menudo implica una invasión del espacio personal y una pérdida de control, genera una sensación de impotencia y ansiedad. En palabras de la doctora Moreno, "la boca es una zona de vital importancia para la alimentación y la comunicación, por lo que su exposición y manipulación pueden resultar particularmente intrusivas".

Evitar la ansiedad previa a la cita

Pero no hay por qué sufrir de ese modo. Existen estrategias que pueden ayudarnos a disminuir la inquietud previa a la consulta. Se puede conseguir a través de intervenciones tanto conductuales como ambientales, "muchas de las cuales revisten una simplicidad sorprendente y una eficacia respaldada por la evidencia científica", asegura la doctora.

En primer lugar, la preparación física juega un papel crucial. “La hidratación óptima, por ejemplo, es un elemento que a menudo se subestima. Un cuerpo bien hidratado asegura un equilibrio homeostático que puede atenuar la sensibilidad al estrés. Asimismo, el reposo adecuado es un pilar fundamental: un cuerpo descansado y una mente despejada son menos susceptibles a esa tensión”.

La preparación mental es igualmente esencial. Técnicas de relajación como la respiración profunda, la visualización guiada y la meditación mindfulness, comenta la doctora Moreno, “pueden ser de inestimable ayuda, ya que fomentan un estado de calma mental y reducen la actividad simpática, disminuyendo la respuesta de lucha o huida que se activa en situaciones percibidas como amenazantes”.

La Doctora Moreno en su consulta. / M. G.

Un abrazo sensorial

La experiencia de ir al dentista puede ser reconceptualizada y mejorada a través de un enfoque multidisciplinario, centrado en la humanización de la práctica odontológica. "Un enfoque -explica la dentista- que implica un despliegue estratégico de la psicología ambiental, el diseño de interiores, la neurociencia del comportamiento y la capacitación del personal para crear un entorno acogedor que promueva la calma y disminuya la ansiedad".

Tiene que ver con lo que en su consulta llaman una "odontología exquisita", que pone como centro de la práctica dental al paciente. "El abrazo sensorial a través del ambiente puede suavizar la inquietud", asegura.

Si tomamos como ejemplo el olfato, "el uso de aromaterapia con esencias calmantes como la lavanda y la melisa tienen un efecto ansiolítico", nos comenta. También apunta el papel crucial de la cromoterapia: "los tonos azules son universalmente reconocidos por sus propiedades relajantes y han demostrado reducir la percepción del dolor y el estrés".

El diseño y la disposición de la sala de espera son igualmente importantes. "Imitar la comodidad y familiaridad del hogar, con mobiliario cómodo, iluminación suave y acceso a publicaciones interesantes facilitan la distracción y la relajación antes de la consulta".

La importancia de un equipo empático

La doctora Moreno destaca además el énfasis que hay que poner en todo lo relacionado con la formación del personal en la ciencia del cuidado. "Es fundamental contar con un personal amable y servicial, capaz de transmitir empatía, paciencia y comprensión hacia los pacientes".

En este sentido, y según ella misma afirma, las consultas deben ser espacios de diálogo, no sólo de tratamiento. "La educación sobre la salud dental y la prevención de problemas pueden empoderar a los pacientes y motivarlos a participar activamente en su cuidado bucal. Por eso todos nuestros doctores saben que la información al paciente debe ser detallada y adecuada al nivel de comprensión del mismo, respondiendo a todas sus preguntas y preocupaciones".

Óxido nitroso para una experiencia relajada

La búsqueda de técnicas para inducir un estado de relajación en el paciente durante la consulta odontológica ha sido un área de interés constante en la odontología moderna. Una de las técnicas más consolidadas, nos cuenta la doctora Moreno, es la administración de óxido nitroso. "Su mecanismo de acción involucra la modulación de la neurotransmisión en el sistema nervioso central elevando la liberación de endorfinas, los opiáceos endógenos del cuerpo, que inducen un estado de bienestar. Además, reduce la transmisión de los impulsos dolorosos al nivel del sistema nervioso. Su administración es controlada y sus efectos rápidamente reversibles, lo que proporciona una capa adicional de seguridad y control".

Cámara hiperbárica de la Doctora Moreno. / M. G.

Las posibilidades de la cámara hiperbárica

Otra de las técnicas que utiliza en su práctica, y la más novedosa en el contexto dental, es la cámara hiperbárica, que aplica principalmente para acelerar los procesos de cicatrización y recuperación postoperatoria. No obstante, su potencial para reducir la ansiedad antes de los procedimientos odontológicos va in crescendo. "En ella el paciente se sitúa en un entorno controlado donde respira oxígeno puro a una presión superior a la atmosférica normal. Y esto puede tener un efecto tranquilizador y estabilizador en el cuerpo, reduciendo la sensación de estrés y permitiendo una experiencia más relajada", nos cuenta.

Otra de las técnicas complementarias que no quiere dejar de comentar es la musicoterapia, que ha demostrado en múltiples estudios su capacidad para disminuir la ansiedad en pacientes dentales. "Y es que los sonidos suaves y rítmicos pueden actuar sobre el sistema nervioso autónomo para bajar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, induciendo un estado de calma", explica la odontóloga.

La terapia cognitivo-conductual es asimismo otra herramienta valiosa, especialmente para aquellos con un miedo profundo y persistente al dentista. "Trabaja cambiando los patrones de pensamiento y comportamientos negativos asociados a la visita al dentista, y ha demostrado ser efectiva para reducir la ansiedad dental", concluye.

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