Las madres solas tienen más riesgo de caer en la marginación
Crecen las familias monoparentales, un colectivo más propenso a sufrir la pobreza y la discriminación laboral
Las mujeres que son responsables de una familia monoparental sufren un mayor riesgo de caer en la pobreza, así como de ser excluidas por la sociedad y por el mercado laboral, según un estudio subvencionado por el Instituto de la Mujer.
El informe, denominado Monoparentalidad y exclusión social. Estrategias de supervivencia y bienestar desde una perspectiva de género, ha sido realizado entre 2008 y 2010 con el fin de conocer el bienestar de las familias monoparentales encabezadas por mujeres.
Un equipo de la Universidad de Barcelona, que realizó este estudio, resaltó el "destacado aumento" de estos grupos familiares formados por madres con menores a su cargo en España, pues entre 1991 y 2001 se incrementaron en casi un 47% y la tendencia es que sigan creciendo y se equiparen a los países europeos.
Las madres solteras, indica el estudio, tienen grandes dificultades para estabilizar su situación laboral, de vivienda y de recursos vitales mínimos para poder desarrollar estrategias y supervivencia y bienestar. Por ello, la investigación destaca "la feminización de la pobreza" de las familias monoparentales, "muchas de ellas en situaciones de marginalidad y de exclusión social".
También ha aumentado el número de hombres al frente de este tipo de familias, y el porcentaje pasa del 17,2% al 19,1% entre 1991 y 2001.
En este sentido, el estudio subraya un cambio de los perfiles monoparentales debido cada vez más a las rupturas de las parejas y a las madres solteras: mientras en 1991 el 62% de los hogares monoparentales tenían por cabeza de familia a personas viudas, esta cifra se redujo al 50% una década más tarde.
De las entrevistas realizadas a mujeres en estas circunstancias se desprende que la mayoría sufren especialmente las dificultades de inserción laboral y la consecución de una estabilidad, como "elemento clave" que no les permite evitar la precariedad económica.
Estas mujeres resaltan también los "prejuicios negativos respecto a las madres solas como otro impedimento para ser contratadas". De hecho, según el estudio, para el mercado laboral en general y las empresas en particular, ser madre sola constituye un indicador inequívoco de menor productividad, mayor absentismo y mayor conflictividad laboral.
Sin embargo, respecto a las mujeres de familias biparentales, las madres solas trabajan más en el mercado, con igual o menor absentismo ocupacional "y silenciando sus circunstancias personales para evitar la victimización social o, incluso, el despido".
La legislación en cuanto a la separación o divorcio también afecta al aumento de riesgo de pobreza de las mujeres responsables de familias monoparentales, y es que el hecho de que se alarguen estos procesos provoca que las separadas deban mantener en solitario toda la economía del hogar cuando, en muchas ocasiones, no tienen trabajo ni un sueldo para poder hacer frente a esas responsabilidades.
La participación en asociaciones supone un elemento "fundamental" para las entrevistadas, y destacan que los servicios que ofrecen son imprescindibles para sus vidas.
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