La madre de Sofía tras sufrir el insólito robo de su bebé en el hospital: "Decidme que no la veré más"

Rosa Vespa, de 51 años, fingió un embarazo durante meses para poder raptar a la pequeña Sofia de un día de vida en una clínica italiana

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La clínica Sacro Cuore donde ocurrió el rapto de un ebebé
La clínica Sacro Cuore donde ocurrió el rapto de un bebé / M. G.

Una insólita historia ha conmocionado a la ciudad italiana de Cosenza, donde una mujer de 51 años llamada Rosa Vespa fue arrestada tras raptar a una bebé recién nacida de la clínica Sacro Cuore.

Según informa Il Corriere della Sera, y tras las primeras investigaciones, Vespa había fingido un embarazo durante meses, llegando incluso a utilizar ropa holgada para simular el crecimiento de su vientre.

El plan de la mujer, arquitecta de profesión, era hacer pasar a la bebé como su propia hija junto a su marido Acqua Moses, un mediador cultural senegalés de 43 años.

Para ello, Vespa dijo a sus familiares que daría a luz en la clínica Sacro Cuore de Cosenza, pero que debido a las restricciones por el Covid no podrían visitarla.

Posteriormente, les comunicó que el bebé debía permanecer hospitalizado por algunas complicaciones.

Sin embargo, consciente de que esta situación no podría prolongarse demasiado, Vespa decidió raptar a un recién nacido. Tras varios días merodeando por la clínica, el martes pasado logró sustraer a la pequeña Sofia, de tan solo un día de vida, haciéndose pasar por una enfermera. Vestida con una camiseta celeste, similar al uniforme del personal sanitario, y con una mascarilla cubriendo su rostro, Vespa le dijo a la abuela de la bebé que debía llevarla para un chequeo pediátrico.

Detalles del rapto y la detención de Rosa Vespa y su marido

Según las cámaras de seguridad, Rosa Vespa había sido captada en varias ocasiones dentro de la clínica Sacro Cuore los días previos al rapto. Llegó junto a su esposo Acqua Moses a bordo de un Fiat 147 gris.

Mientras él esperaba en el vehículo, ella ingresó al centro médico y, tras asegurarse de que no había problemas con otro bebé, se dirigió a la habitación donde se encontraba Sofia en brazos de su abuela.

Después de llevarse a la recién nacida, la pareja huyó hasta su domicilio en Castrolibero, donde incluso habían organizado una celebración con lazos celestes colgados en el balcón. Allí, la policía los detuvo mientras Vespa cambiaba a la bebé, a quien pretendían llamar Ansel, con un conjunto azul en lugar del enterito rosa que llevaba.

Los padres de Sofia, Valeria Chiappetta de 24 años y Federico Cavoto de 26, vivieron momentos de gran angustia hasta que su hija les fue devuelta sana y salva. "Prométanme que nunca saldrán de la cárcel, que no los volveré a ver", imploró Valeria a los agentes. Por su parte, Federico criticó la falta de controles en la clínica: "Aquí lamentablemente entra y sale cualquiera. No hay vigilancia ni en la entrada ni en la salida".

Según los primeros indicios, Vespa habría contado con la complicidad de su esposo para llevar adelante el plan de raptar a un recién nacido, aunque él sostiene que desconocía las intenciones de su mujer. La investigación policial continúa analizando las publicaciones de la arquitecta en Facebook y tomando declaración a testigos.

Lo que comenzó como el anhelo de convertirse en madre, terminó transformándose en un delito que mantendrá a Rosa Vespa y Acqua Moses tras las rejas, mientras la pequeña Sofia vuelve a los brazos de sus verdaderos padres. Un insólito caso que deja al descubierto hasta dónde puede llegar el deseo y la desesperación por tener un hijo.

La seguridad en las maternidades, un tema de preocupación

El rapto de la pequeña Sofia de la clínica Sacro Cuore en Italia pone sobre la mesa el debate acerca de las medidas de seguridad en las maternidades y centros de salud donde nacen bebés. A pesar de que estos hechos son excepcionales, no es la primera vez que se reporta la sustracción de un recién nacido aprovechando la vulnerabilidad de las madres y la confianza del personal médico.

Expertos en seguridad señalan la importancia de reforzar los protocolos de identificación y monitoreo de las personas que ingresan a las áreas de maternidad, así como la necesidad de concienciar al personal sanitario sobre los riesgos existentes. La utilización de pulseras identificativas para los bebés y sus madres, el acompañamiento permanente de un familiar y el control estricto de las visitas son algunas de las recomendaciones para prevenir este tipo de delitos.

Más allá de las medidas concretas, lo ocurrido en Cosenza es una llamada de atención sobre la responsabilidad de las instituciones de salud en el cuidado y protección de las madres y sus hijos recién nacidos. Un desafío que requiere aunar esfuerzos y mantenerse alerta ante potenciales amenazas.

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