Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
Hubo un tiempo en el que a la mayoría de personas le daba miedo pasar por el quirófano. Se hacía por máxima necesidad, ante un riesgo vital, aconsejados por facultativos. Hoy día, la eclosión del culto al cuerpo ha encontrado su máximo apogeo en las múltiples técnicas de cirugía estética que se ofrecen y que, pese a en la mayoría de los casos nos enfrentamos a sencillas intervenciones que no deberían derivar en complicaciones, también pueden destrozar vidas como la de Sara, que hace unos meses murió en Cartagena tras someterse a una lipoescultura lipoescultura. La liposucción es la moda de esculpir el cuerpo y recuperar la figura. En España se realizan más de 12.000 liposucciones al año, una de las más demandadas por hombres y mujeres. Pero ni cualquiera puede someterse a una liposucción ni cualquiera puede llevarla a cabo, a pesar de que pueda parecer una técnica sencilla. El principal riesgo de una liposucción es caer en manos de personas no profesionales que no dispongan de equipos humanos adecuados para desarrollar la intervención con las máximas ganarías de seguridad.
No estamos ante una cirugía de riesgo, ni mucho menos, y la mayoría de pacientes no experimentan ninguna complicación, pero es importante reseñar que cada vez que nos metemos en un quirófano existen algunos riesgos quirúrgicos asociados a la intervención.
Pérdida de piel, aparición de seromas, cambios en la sensibilidad cutánea o cicatrices anormales que obliguen a una nueva cirugía son algunos riesgos de la liposucción que destaca la doctora Castro Veiga, todos ellos fácilmente subsanables. También estamos expuestos a episodios menos comunes como hemorragias durante y después de la cirugía o infecciones que requieran tratamiento adicional con antibióticos o posteriores cirugías. Hasta aquí todo dentro de lo normal, más allá del cuidado que hay que llevar a cabo en nuestro cuerpo para que con el paso del tiempo no se produzcan alteraciones en el mismo.
Los problemas series se producen cuando, aunque sea en raras circunstancias, se produce un shock quirúrgico que pueda ocasionarnos múltiples perforaciones y lesiones en el riñón, el hígado, el duodeno, el colon o el intestino, como ocurrió con Sara, y llevarnos incluso a la muerte. También resultaría fatal padecer complicaciones pulmonares, a través de lo que se conoce como embolismo graso. Aspectos todos ellos necesarios de conocer antes de decidirse a realizar una operación de este tipo ante la 'necesidad' de vernos con el cuerpo que deseamos.
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