Una joven camarera de piso de Granada denuncia "heces en la bañera y drogas por todas partes" a diario en un hotel de Ibiza

Las trabajadoras denuncian que limpian habitaciones en un estado deplorable y a contrarreloj

El hotel distribuye a los británicos en las plantas más bajas para evitar el 'balconing'

"La mayoría de mujeres que trabajamos como camareras de piso terminamos rotas e inservibles"

"Drogas y heces en la ducha", las tareas de limpieza de las camareras de piso de Ibiza

El trabajo diario de las camareras de piso de los diferentes alojamientos hoteleros del país es conocido por todos. Largas horas limpiando cuartos de baño y cambiando sábanas a toda velocidad.

El objetivo: dejar la habitación reluciente para garantizar que el nuevo cliente pase su estancia lo más cómodo posible y quiera repetir.

Dice un refrán que "no hagas con otros lo que no quisieras que te hicieran a ti", un dicho que parece que no apliquen del todo los turistas que se hospedan en un lujoso complejo hotelero de Ibiza, según denuncian la gran mayoría de sus trabajadoras.

En el hotel, situado en pleno destino turístico de moda del país, que alberga hasta 372 habitaciones distribuidas en seis plantas, trabajan una docena de mujeres encargadas de estas labores de limpieza, cuatro de ellas, andaluzas.

Habitaciones en estado deplorable

La jornada de trabajo comienza a las 08:00 de la mañana, y se contempla que tengan que realizar cada una de ellas de media en torno a 5 salidas de los turistas que dejan el hotel por la mañana, para lo que tienen que decdicar un tiempo que alcanza unos 45 minutos, siempre y cuando la habitación no esté en las condiciones deplorables que denuncian.

Estas labores consisten quitar las sábanas y poner unas nuevas, cambiar las toallas, rellenar el dispensador de jabón y loción hidratante, revisar el desagüe, tirar la basura, limpiar todos los cristales, comprobar cada rincón de cada mueble, y limpiar a fondo lavabo y ducha.

Según el testimonio de Alicia (nombre ficticio para salvaguardar su identidad), es habitual ese tiempo se prologue todos los días para dejar la habitación como nueva.

En palabras de Alicia, "se tarda más de una hora en dejar lista la habitación porque encuentro heces en la bañera, orines en la papelera, un desorden y caos brutal. Además de drogas en cada en cada rincón, es repugnante", denuncia la joven.

Denuncian orines en la papelera
Denuncian orines en la papelera

Las salidas de los que han hospedado en el hotel figuran en el cuadrante de trabajo en primer lugar para que puedan entrar nuevos clientes, pero las camareras de piso no tienen tan fácil.

Según denuncian las trabajadoras, comenzar estas tareas a la hora indicada es imposible de hacer dado que muchos de ellos no desalojan la habitación a la hora que dicta el establecimiento, por lo que influye en su jornada laboral, y repercute en la hora fijada para salir, pese a ser un factor que no depende de su ritmo natural de trabajo.

Medida frente al 'balconing'

En palabras de la joven, "es habitual salir más tarde el horario previsto porque los clientes se quedan dormidos y tenemos que entrar a hacer la limpieza de la salida más tarde".

En segundo lugar, por orden de prioridades, toca hacer la limpieza general de las habitaciones de los clientes que continúan su estancia en el hotel.

Según las camareras de piso: "Tardamos unos 15 minutos cuando la habitación está medianamente decente, si no podemos tardar hasta media hora. Hacen fiestas y la suciedad llega a todas partes. Además de que se dejan los paquetes con la droga en todos lados".

Bolsas con sustancias estupefacientes
Bolsas con sustancias estupefacientes

Según el cuadrante con el que habitualmente trabajan, realizan aproxidamente unos 16 clientes de media al día, tras las salidas de los que han abandonado el hotel.

El hotel es un destino elegido, principalmente, por turistas británicos, estadounieses, franceses e italianos, en este orden; mientras que un 10% de los que se alojan son turistas nacionales.

En ese sentido, las camareras de piso han percibido que el hotel distribuye las plantas más bajas generalmente para los británicos para reducir el riesgo del conocido "balconing".

Alicia es una joven de 21 años, estudiente de Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada .

Decidió probar suerte en Ibiza con este trabajo para conseguir ahorros, dado que en septimbre cursará el segundo curso en Marsella (Francia) gracias a una beca Erasmus.

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