La isla habitada más pequeña de España: Tabarca, un trozo de paraíso en Alicante

En el Mediterráneo se halla la única isla habitada de la Comunidad Valenciana

Con 19 habitantes y una extensión de unos 2 kilómetros se convierte en un gran atractivo turístico

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Imagen de la isla de Tabarca
Imagen de la isla de Tabarca / Generalitat valenciana

Situada a tan solo 22 kilómetros de Alicante y a escasos 8 kilómetros del Cabo de Santa Pola, podemos encontrar una coqueta isla de unos 2 kilómetros de estensión llamada Isla de Tabarca. Su belleza natural se une a una característica que la hace única: es la isla habitada más pequeña de España. Con una superficie de aproximadamente 0,3 kilómetros cuadrados, esta joya mediterránea es un destino de gran atractivo tanto para turistas como para amantes de la historia y que cuenta con tan solo 19 habitantes en la isla.

La historia de la Isla de Tabarca está profundamente ligada a su posición estratégica en el Mediterráneo. En el siglo XVIII, el rey Carlos III ordenó fortificar la isla debido a su importancia para la defensa de la costa levantina. Antes de esto, la isla era conocida como "Isla Plana" o "Isla de San Pablo", pero fue rebautizada como Nueva Tabarca en honor a los habitantes genoveses de la isla tunecina de Tabarka, que fueron liberados de la esclavitud y trasladados a esta nueva ubicación.

En 1769, se inició la construcción de las murallas que aún rodean el núcleo histórico de la isla, junto con una iglesia barroca dedicada a San Pedro y San Pablo, una casa del gobernador y diversas viviendas para los repobladores. Durante este período, la isla se convirtió en un bastión defensivo contra la piratería berberisca, un problema constante en la región durante esos años.

Patrimonio natural protegido

Tabarca no solo es rica en historia, sino también en biodiversidad. En 1986, sus aguas circundantes fueron declaradas como la primera Reserva Marina de España. Este reconocimiento se debe a la gran variedad de flora y fauna marina, destacando sus praderas de posidonia oceánica, vitales para la salud del ecosistema marino. La claridad y calidad de sus aguas la convierten en un lugar privilegiado para el buceo y el snorkel. La pesca tanto a pie como en embarcación y el uso de vehículos están prohibidos dentro de la extensión de la isla. Los únicos vehículos de la isla son embarcaciones, de las que se llega desde Alicante, y unos carritos de golf que circulan por el lugar.

El núcleo urbano de Tabarca es un encantador conjunto de estrechas calles y casas bajas que transportan al visitante a otra época. La población estable de la isla es reducida, con alrededor de 50 habitantes durante el año, aunque en los meses de verano esta cifra se multiplica considerablemente debido a la afluencia de turistas.

Entre sus monumentos destacan las puertas de San Rafael, San Gabriel y San Miguel, que daban acceso a la ciudad amurallada, así como el Faro de Tabarca, construido en 1854 y que, aunque ya no está en funcionamiento, sigue siendo un símbolo de la isla. También hay un cemententerio y una iglesia que está en reconstrucción.

A pesar de su pequeña superficie, Tabarca ofrece a sus visitantes una variedad de actividades, desde paseos por sus tranquilas calles y degustación de su famosa caldereta de pescado, hasta baños en sus calas de aguas cristalinas. La isla, accesible en barco desde Alicante, Santa Pola y otros puntos de la Costa Blanca, se ha posicionado como un destino turístico sostenible que combina historia, naturaleza y tranquilidad.

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