La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
El tratamiento contra el cáncer parecía haber tocado techo con la diana terapéutica, una forma de abordar la enfermedad de forma específica y personalizada, pero la resistencia de las células cancerígenas y su facilidad para encontrar siempre un hueco para escapar habían extendido la desazón entre los oncólogos, incapaces de encontrar una alternativa. La esperanza, sin embargo, ha vuelto de la mano de la inmunoterapia, una técnica que consiste en activar el sistema inmune del paciente para que sea capaz de acabar con el tumor.
Para el jefe de sección del Servicio de Oncología del Hospital General Universitario de Valencia, Alfonso Berrocal, se trata de un cambio de paradigma en la lucha contra esta enfermedad, tal y como explica en el seminario organizado por la Sociedad Española de Oncología Médica y MSD. "Sabemos desde hace tiempo que el sistema inmune es capaz de destruir el tumor, muchas personas tienen células cancerígenas y no llegan a desarrollar el cáncer gracias a la capacidad de reacción de su propio organismo. En el otro lado están lo inmunodeprimidos, que tienen una probabilidad muy alta de sufrir la enfermedad porque no cuentan con un sistema fuerte de defensa. La inmunoterapia consiste precisamente en activarlo para que sea el paciente quien destruya el tumor".
El uso de esta terapia es tan reciente que todavía se está investigando su eficacia, pero algunos pacientes, con un perfil muy concreto, ya están recibiendo este tratamiento. El mayor avance se ha dado en melanoma avanzado y cáncer de pulmón, con datos muy prometedores, según los expertos. Los estudios a pacientes que sufren melanoma avanzado y son tratados con Ipilimumab (el primer fármaco comercializado en 2011 por Bristol Myers Squibb) estiman una supervivencia del 20% en tres años, lo que significa que uno de cada cinco personas están vivas tras ese tiempo.
Para el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de La Paz, Javier de Castro, la inmunoterapia representa una estrategia "radicalmente distinta a la quimioterapia convencional" y una esperanza para los pacientes que sufren las formas de cáncer más mortíferas: "Los primeros resultados obtenidos en los ensayos clínicos realizados en el tratamiento de segunda línea han demostrado un beneficio superior a la quimioterapia, incluso, en pacientes que habían fracasado antes". Según De Castro, estas cifras son más espectaculares en los fumadores: "Ellos tenían pocas opciones, pero ahora esta terapia es capaz de distinguir el gran número de mutaciones de su tumor".
La presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), Begoña Barragán, se muestra optimista con estos resultados: "El camino de la inmunoterapia es prometedor para los pacientes con cáncer. Sin embargo, debemos tomarlo con cautela, pues no todos los tienen acceso a estos tratamientos".
En esa misma línea se muestran los expertos en esta nueva terapia. Por el momento, es difícil seleccionar a los pacientes que pueden recibir estos fármacos: "Es muy costoso porque se necesita a profesionales muy bien formados y unas técnicas de análisis molecular muy avanzadas", explica Berrocal, y añade: "Por desgracia, los pacientes con peor pronóstico no logran mejorar con la inmunoterapia porque tarda más que la quimioterapia en provocar una respuesta en el organismo".
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