Ni un cuerno ni una corneta, el logo de Correos es una cornamusa
Tras casi 20 años, Correos rediseña su logotipo para hacerlo más simple, pero manteniendo colores y símbolos ligados a los transportes postales desde el siglo XVI
El servicio de Correos acaba de actualizar su logo, no sin polémica en las redes, para dejarlo "más sencillo, abierto y digital, adaptado a las necesidades que implica su transformación", según la propia entidad. Pero ¿Qué es? ¿Un cuerno, una corneta? No, es una cornamusa.
Desde hace tres siglos, Correos ha tenido la cornamusa, un tipo de trompeta de metal, como logotipo por un histórico motivo que relaciona este instrumento y el color amarillo con la mensajería desde el siglo XVI: la familia Tassis.
Los Tassis fueron una familia italiana encargada de mantener las primeras rutas postales en Italia, Francia, Alemania y España que mantuvieron el monopolio del correo hasta que los estados asumieron sus funciones. Para cuando esto ocurrió, el servicio postal estaba tan relacionado al color amarillo y las cornamusas de los carteros que los gobiernos mantuvieron su manera de operar, usos y costumbres.
El logo de Correos en España mantiene estos símbolos tradicionales del correo postal desde que fue diseñado por José María Cruz Cuvillo, autor de otros diseños como la rosa del PSOE, Endesa o Repsol, en 1977. El diseñador mantuvo los símbolos y colores propios de los servicios postales, fondo amarillo y rojo para la cornamusa, que posteriormente varió su color en los años 90 hasta el azul actual.
Nuevo diseño para el logo de correos
En esencia, la cornamusa ha cambiado poco desde 1977. Puede que el trazo de su línea haya cambiado de grosor. Los colores han pasado del rojo al gris hasta el azul actual. El amarillo del fondo permanece inalterable.
La corona es el rasgo que más ha cambiado. Siendo más detallada en sus primeras versiones. El actual diseño ha eliminado la cruz que la coronaba, así como los círculos previos a la cornamusa que han quedado en una raya. En el rediseño que se llevó a cabo en el año 2000, se le intentó dar más fuerza a la palabra Correos que a la cornamusa, pero esto se acaba de perder en el actual.
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