La hija-nieta de Fritzl que estaba en coma se reúne con su familia

Los médicos son cautos y a la vez optimistas, ya que la madre de la joven Kerstin y sus hermanos del sótano de los horrores deben adaptarse al mundo exterior

Desde la izquierda, los médicos Albert Reiter y Berthold Kepplinger y el abogado Christoph Herbst.
Desde la izquierda, los médicos Albert Reiter y Berthold Kepplinger y el abogado Christoph Herbst.
Miriam Bandar / Viena

12 de junio 2008 - 05:01

Durante semanas estuvo en un coma inducido, pero ahora le gustaría ir a un concierto de Robbie Williams. La recuperación de Kerstin, la hija de 19 años del monstruo de Amstetten, Josef Fritzl, anunciada el martes, ha sorprendido a todos en Austria.

La joven, que se crió en un sótano y en abril entró al borde la muerte en el hospital, está casi sana y ya vive con el resto de su familia en la vivienda acondicionada en la clínica psiquiátrica de Amstetten, donde reflexiona acerca de su futuro. Además de ir al concierto, le gustaría hacer un viaje en barco, relató ayer el médico que la trató, Albert Reiter. "Le dije: hola, Kerstin; y Kerstin me respondió: hola", recordó Reiter al referirse a las primeras palabras de la joven cuando despertó.

A mediados de abril había sido ingresada en el hospital casi sin habla y completamente pálida. Los médicos diagnosticaron un fallo de varios órganos vitales y le indujeron un coma artificial. "Su vida pendía de un hilo", según Reiter. Pero a medidados de mayo comenzó a mejorar y los doctores comenzaron a sacarla del coma. Cuando por fin abrió los ojos, vio por primera vez en su vida algo que no era el sótano donde la tenía prisionera su padre-abuelo. "Y sonrió", relató el médico visiblemente emocionado.

El grave estado de Kerstin Fritzl al llegar al hospital hizo que las autoridades investigaran y se toparan con el terrible caso de incesto de Amstetten. Josef Fritzl, de 73 años, encerró a su hija Elisabeth cuando ésta tenía 18 años en un sótano de su casa y la mantuvo allí durante 24 años, donde la violó reiteradamente. Elisabeth dio a luz en el sótano a siete hijos, de los que seis sobrevivieron. Kerstin vivía con ella en la prisión subterránea junto con otros dos hermanos, mientras que los otros tres vivían con sus abuelos una vida normal. Frizl ha confesado los hechos y se encuentra en prisión preventiva.

Desde el domingo, Kerstin Fritzl vive de nuevo con su madre y sus hermanos. "Fue un momento muy especial cuando crucé el umbral de la nueva vivienda con Kerstin: el umbral a una nueva vida", dijo su médico.

La joven sabe leer y escribir, es comunicativa y expresa muchos deseos, añadió. Los médicos no quisieron decir qué pasará ahora con la familia. Junto con su abogado, Christoph Herbst, apelaron a los medios para no robarles su nueva libertad. "Es un milagro para todos que Kerstin esté tan pronto en el ámbito familiar", aseguró Herbst.

A pesar del optimismo, Elizabeth y los hijos del sótano tienen que adaptarse a los otros, acostumbrados a la libertad. Ambas partes se diferencian en cuanto a su ritmo de vida, afirmó el director médico de la clínica, Berthold Kepplinger. "Para unos el paso de una nube es un acontecimiento, los otros sencillamente lo ignoran", explicó. La familia recibe tratamiento psicológico y los niños tienen clase. Todos han dado paseos juntos en medio de grandes medidas de seguridad, ya que para los niños que vivieron en el sótano es muy importante tener contacto con la naturaleza. "Es muy, muy bello ver cómo interactúan entre ellos", dijo Kepplinger. El el futuro próximo, los Fritzl escribirán muchas cartas, según su abogado. "Elisabeth quiere agradecer los muchos emails y cartas de solidaridad" que ha recibido.

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