Así gestionan las emergencias por catástrofes en países como Estados Unidos o Chile
La gestión de este tipo de crisis se orienta cada vez más hacia la prevención, especialmente en países más expuestos, como Chile
Decenas de estudiantes se manifiestan en Sevilla contra la gestión de la DANA en Valencia
Las catástrofes, ya sean naturales o provocadas por la acción de los seres humanos, necesitan de respuestas rápidas y eficaces por parte de las autoridades competentes. Eso podría suponer la diferencia a la hora de minimizar los daños, siempre en la medida de lo posible. Por lo tanto, es muy interesante analizar de qué manera gestionan las emergencias diferentes países, desde los Estados Unidos hasta Chile.
En todo momento, evitar la pérdida de vidas debe ser la prioridad, seguida de las acciones encaminadas a paliar los destrozos materiales ocasionados, por ejemplo, por la DANA que ha sacudido especialmente la comunidad valenciana. Una situación demasiado reciente e impactante, como para no tenerla en cuenta, más aún después del intenso y polémico debate en torno a su gestión.
Estadísticas sobre el impacto de las catástrofes naturales
A la hora de sortear estas adversidades, la organización del Banco Mundial tiene clara una serie de factores determinantes. “El gasto inmediato necesario para la respuesta y reconstrucción se ve agravado por el debilitamiento de la economía, el daño a la infraestructura, la destrucción de las empresas, la reducción de los ingresos tributarios y el aumento de los niveles de pobreza”, afirma en su página web.
De ello se extrae que un país en vías de desarrollo tiene menos capacidades para enfrentarse a una emergencia semejante, muchas veces derivada de los efectos del cambio climático.
Tal y como subraya la entidad, el “91% de las muertes causadas por peligros relacionados con fenómenos atmosféricos, el clima y el agua, se produjo en economías en desarrollo”. Un dato que se extrae de la clasificación de los países establecida por Naciones Unidas, entre 1970 y 2019.
En términos generales, “desde 1980, a nivel mundial, los desastres ocasionados por peligros naturales han causado la muerte de 2,5 millones de personas y pérdidas, después de ajustarlas según la inflación, cercanas a USD 6 billones”, añade la organización. Ahora bien, de qué manera se enfrenta cada país a situaciones de semejante envergadura.
¿Cómo gestionan otros países las emergencias?
En el caso de Estados Unidos, existe lo que se conoce como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), que protege a la población contra todo tipo de riesgos y desastres, como inundaciones, terremotos, tornados, huracanes y emergencias nacionales.
El 28 de septiembre de 2022 llegó a la costa de Florida el Huracán Ian, una tormenta de categoría 5 con vientos máximos sostenidos de 150 millas por horas. Es decir, más de 240 km/h. Hasta la fecha es considerado como el tercer ciclón más costosos del país, según los Centros Nacionales para la Información Ambiental de la NOAA y el Centro Nacional de Huracanes.
El paso del Huracán Ian por el Caribe y EEUU
La respuesta de la FEMA partió entonces por adelantarse a su llegada, movilizando más de 4.000 recursos federales. Sin embargo, se registraron 168 víctimas mortales y se procedió a alojar a 33.823 sobrevivientes en 262 refugios.
Antes de llegar a Estados Unidos, el Huracán Ian pasó por varios puntos del Caribe: Jamaica, las Islas Caimán y Cuba; donde se emitieron diferentes alertas previas y se sucedieron densas evacuaciones. En La Habana, por ejemplo, más de 61.000 habitantes fueron desalojados de sus hogares.
Chile, hacia un modelo de prevención de riesgos
Por su parte, Chile “es un país expuesto de manera permanente a amenazas de origen tanto natural como antrópico”, tal y como recoge el texto elaborado en 2016 sobre su Política para la Gestión de Riesgos y Desastres. Una política orientada a “fortalecer capacidades, investigación y análisis del riesgo y atención integral a poblaciones vulnerables”.
Como recuerda Carmen Paz Castro, experta en reducción del riesgo de desastres en la Universidad de Chile, “después del terremoto de 2010 (en el que la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI) determinó un total de 525 víctimas mortales) pasamos del manejo de la emergencia a la gestión del riesgo con un enfoque preventivo”. Bajo este planteamiento, se creó poco después la Plataforma Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, así como también diferentes Plataformas Regionales.
La protección de la cultura ante catástrofes
Uno de los sucesos más recientes es la invasión rusa, ante la que el Gobierno de Ucrania realizó una evaluación rápida de daños y necesidades (ERDN), como un primer estudio integral de los impactos de la contienda para buscar soluciones. Asimismo, más allá de la pérdida de vidas e infraestructuras, la cultura también sufre los efectos de la devastación. Uno de los casos más reconocidos ha sido el de la Catedral de la Transfiguración (1794), Odesa, objetivo de varios misiles del ejército ruso que la han dejado parcialmente destruida.
Ante la continua pérdida de bienes culturales, se ha realizado una campaña de digitalización de los mismos, conocida como proyecto "Backup Ucraine", con el fin de preservar este legado reconocido como identitario del país.
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