El parqué
Jaime Sicilia
Quinta sesión en verde
sequía
Los grifos de la localidad onubense de Puerto Moral dejan de funcionar cada día durante nueve horas, algo obligado por la sequía que afecta a toda la sierra onubense, y que en este pueblo de 300 habitantes intentan llevar con resignación, con los bares cambiando su dinámica de vida y los vecinos haciendo acopio de botellas en su única tienda.
Es uno de esos pueblos que pelea por mantener fija su población y no entrar en la lista de la España vaciada, donde sus 300 vecinos se conocen, y solo en estos días de verano hay algunas caras nuevas, las de los que dejan la ciudad para ir a este rincón del edén onubense a pasar unos días de descanso, menos paradisíaco este año al carecer de agua corriente de 16.00 a 18.00 horas y de 00.00 a 07.00.
Quizá los que peor lo llevan son los dos bares del pueblo, uno en la calle principal y otro junto a la Plaza de San Pedro, un local con una terraza con vistas a la sierra donde la madrugada invita a trasnochar, pero cuando el reloj indica que ha llegado la medianoche empieza el estrés para su responsable, Mari Carmen de la Osa.
Como explica a EFE, lo normal en una noche de verano cualquiera es que los clientes estén en su terraza hasta bien entrada la madrugada, ajenos a problemas de grandes ciudades y solo preocupados por escuchar el silencio de la sierra de Huelva a sus pies.
"Pero cuando nos cortan el agua empieza el problema de que no puedes fregar los vasos, así que en ese momento ya lo que queda es terminar con los que haya, y si hay gente todavía, coger vasos de plástico”.
A mediodía el panorama es peor, porque la máquina de café no funciona durante dos horas, y se pierde otra vía importante de ingresos, de modo que los bares se tienen que ceñir a servir bebidas de sus neveras, con el problema añadido de que, al abrir sus puertas a primera hora de la mañana comienza el maratón de limpieza de vasos, platos y cubiertos cuando se tiene agua de nuevo tras el parón de la madrugada.
Los vecinos lo llevan con cierta resignación y tranquilidad, como explica Juan Fernández, que lleva adelante con su padre la única tienda del pueblo, donde han apreciado desde el inicio del verano un aumento de la demanda de botellas de agua potable, “que la gente quiere tener en casa por si le hace falta en algún momento”, mientras recuerda que este problema genera que “en algunas casas, si hay mucha gente, no dé tiempo a ducharse todo el mundo a mediodía antes de que se corte el agua”.
Ello añadido a quejas sobre la calidad del agua, ya que cuando se recupera el suministro, durante algunos minutos la calidad no es excesivamente buena, hasta que las tuberías se llenan de nuevo.
Y todo, como detalla el alcalde, Mario Guzmán, por la bajada en el caudal del pozo que suministra agua potable a Puerto Moral y tres pueblos más: La Umbría, Valdezufre e Higuera de la Sierra, lo que ha hecho que la empresa pública GIAHSA tome una decisión complicada, aunque se cuenta con la ayuda de los vecinos, “que ven el pozo como suyo, saben que el de aquí suministra a varios pueblo, y hay que entender que el agua es de todos y hay que darla a los que no la tienen”.
El alcalde admite que los cortes de madrugada perjudicaban menos, y ahora el inicio de la tarde se complica en el pueblo, pero espera “que llueva este otoño y se solvente la situación”, igual que lo espera la decena de municipios de la misma comarca que sufren restricciones en el consumo desde hace semanas.
El problema se visualiza a las claras a cinco kilómetros al norte de Puerto Moral, donde está el conocido como Embalse de Aracena, que ocupa parte de los términos municipales de Corteconcepción, Puerto Moral y Zufre, aporta agua a varios municipios de la provincia de Sevilla y, al 20 % de su capacidad, da una imagen muy evidente del grave problema de sequía que sufre buena parte de España este verano.
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