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¿Cómo se puede erradicar el VIH mediante un trasplante de médula?

Cura del sida

Expertos analizan el impacto del hallazgo anunciado esta semana y renuncian a hablar aun de una cura

El riesgo de estas intervenciones existe y la investigación sigue en marcha

Bonaventura Clotet, Javier Martínez-Picado, Àngel Font y Maria Salgado en la presentación de resultados. / M.G.
Javier Granda

09 de marzo 2019 - 11:00

La revista científica Nature Natureha publicado esta semana el segundo caso en el mundo de remisión del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Se trata de una persona que se sometió a un trasplante de médula para tratar un linfoma, un cáncer en la sangre. Tras 18 meses, el virus está indetectable en su sangre y el paciente no necesita tomar fármacos antirretrovirales. La investigación ha sido liderada por el University College de Londres y en ella ha participado el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.

En un trasplante de este tipo, al paciente se le administra quimioterapia. Este tratamiento destruye la médula, donde está tanto el cáncer de sangre como los linfocitos T, las células de la sangre infectadas por el VIH. La clave de la remisión ha sido que las células del donante tienen una mutación que solo está presente en dos de cada 100 personas y que impide que el virus del sida entre en los linfocitos.

El doctor Carlos Solano es presidente del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). Como detalla, “este tipo de trasplante suele ser con células del propio paciente. En este caso en particular, no se pudo hacer porque está muy tratado con quimioterapia. Y, al no haber un hermano o a un familiar que tuviera una médula compatible, se buscó un donante del registro internacional que sí lo fuera y que, además, tuviera la mutación”.

“El riesgo en estas intervenciones siempre existe –añade Solano– y la tasa de mortalidad estriba entre el 5 hasta el 30%-40% en los meses siguientes al trasplante. Los motivos pueden ser problemas en el injerto, de rechazo o por el desarrollo de infecciones y complicaciones. En el caso de los pacientes de VIH el riesgo es aún mayor, porque el sistema inmune ya está alterado y la recuperación tras el trasplante es más lenta. Este es un caso especial, porque se han eliminado todos los linfocitos, que es donde el virus se acantona. Y han sido sustituidos por los linfocitos del donante, que son inmunes a la infección”.

Pese a estos resultados esperanzadores, Javier Martínez-Picado, investigador de IrsiCaixa y coautor del estudio, pide cautela. El primer caso de remisión es de 2009, conocido como el Paciente de Berlín, sigue indetectable desde entonces. “Ahora sabemos que no fue una anécdota y que es posible conseguir una remisión total del virus. Aun así, no queremos hablar aún de cura”, advierte.

El trabajo se engloba en el consorcio internacional IciStem, que incluye a 22 pacientes en seguimiento a día de hoy y que tienen VIH y una enfermedad hematológica. Como explica María Salgado, investigadora de IrsiCaixa y coautora del estudio, “de los 22 pacientes, cuatro están trasplantados de médula con la mutación y 18 sin la mutación. La gran diferencia es que todos siguen con tratamiento antirretroviral, excepto este paciente, que lleva año y medio sin necesitarlo”.

La investigación consistirá ahora, además de en seguir a los pacientes, en el diseño de un estudio clínico para ir eliminando de manera controlada el tratamiento antirretroviral. “Además, añadiremos unos medicamentos –denominados anticuerpos monoclonales neutralizantes– que han demostrado que tienen eficacia para controlar el virus. El objetivo es ver si potenciando el sistema inmune podemos acabar con el virus”, explica Salgado.

Antecedentes históricos

En el estudio publicado este martes por la revista Nature, el caso de este paciente, que ha sido tratado en Londres, es el segundo en el que, sin tratamiento antirretroviral, el virus se vuelve indetectable, después del ‘Paciente de Berlín’ en 2009, que tras un trasplante de células madre para tratar su leucemia interrumpió su tratamiento y el virus no rebotó. El caso de Londres era portador del VIH desde 2003, y en 2012 se le detectó un Linfoma de Hodgkin por el que se sometió a un trasplante de células madre en 2016. Estas células tenían una mutación llamada CCR5 Delta 32m que impide la entrada del virus en las células diana del VIH, los linfocitos T CD4. Pese a ello, el trasplante de células madre es un procedimiento médico de riesgo elevado y solo se recomienda para tratar pacientes que padezcan una enfermedad hematológica.

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