Detienen en Madrid a uno de los fugitivos más buscados de España por robos con fuerza, lesiones y atentado contra agentes
Gregorio Navas Hernández, un alunicero histórico, no regresó a la prisión de Valdemoro de un permiso penitenciario.
Así ha sido la detención Gregorio Navas Hernández
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La Policía Nacional ha detenido en la localidad madrileña de Móstoles a Gregorio Navas Hernández, un alunicero histórico incluido en la lista de los diez fugitivos más buscados de España que había huido de la justicia tras no regresar a la prisión de Valdemoro de un permiso penitenciario.
Navas había sido condenado delitos de robo con fuerza y contaba con más de 20 antecedentes por lesiones, delitos contra la seguridad vial, la seguridad del tráfico, asociación ilícita, falsificación documental, robo de vehículo y atentado contra agente de la autoridad, según informa la Dirección General de Policía en una nota.
Las investigaciones revelaron que se encontraba en un vivienda de Móstoles junto a su mujer y sus hijos, quienes colaboraban a la hora de ocultarle a través de tareas de contravigilancia en las inmediaciones del domicilio, para poder avisarle en caso de detectar la presencia de los agentes.
Contaban con una cámara de seguridad en la terraza del inmueble con visión hacia la vía pública, para detectar a cualquier persona ajena que pudiera acercarse a la casa.
Posteriormente, se supo que Navas se ocultaba en la localidad toledana de Sonseca, donde llegó a ser identificado por miembros de la Guardia Civil, que intentaron proceder a su detención.
Sin embargo, el fugitivo mostró resistencia y huyó con su vehículo intentando atropellar a los efectivos del instituto armado, que resultaron heridos.
Fue después de estos hechos, en julio de 2024, cuando la Policía Nacional le incluyó en la lista de los diez fugitivos más buscados de España, que se difunde a través de los perfiles de las redes sociales del cuerpo y los medios de comunicación.
A partir de información ofrecida por los ciudadanos, los agentes volvieron a detectarle en el inmueble de Móstoles, donde se retomaron tareas de vigilancia discreta y se observó que había intensificado sus medidas de prevención para evitar ser capturado.
Salía muy poco de casa y cuando lo hacía llevaba siempre la cara y la cabeza tapadas con mascarillas quirúrgicas, gorros y gafas.
El lunes, después de conseguir su plena identificación y lograr la autorización judicial para proceder a la entrada del domicilio, la Policía le detuvo finalmente.
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