Una PCR le descubre una pieza de parchís alojada en su nariz desde hacía cuarenta años

Covid-19

Una neozelandesa tenía un dolor insoportable en su tabique nasal desde hacía años y una prueba para la covid agravó sus dolencias

Recuerda al episodio de 'Los Simpson' en que le descubren a Homer una cera incrustada en el cerebro que lo hacía menos listo

La neozelandesa muestra la pieza de parchís extraída de su nariz / Stuff

Que la serie Los Simpson resulta ser una suerte de Nostradamus con eventos de toda índole es una realidad. Hicieron sus vaticinios del ébola, dieron a Trump como ganador en unas elecciones en los EEUU, dieron pinceladas de un virus muy similar al coronavirus, la llegada del autocorrector y el iPhone, las torres gemelas... son un sin fin de predicciones y profecías que nunca han dejado de sorprender. Sin embargo la de hoy es más un caso de similitud entre Homer Simpson en el capítulo HOMR, episodio 257 de la serie. En ese capítulo se ve como el patriarca de Evergreen Terrace en una revisión médica descubre que tenía incrustada una cera de colorear en el cerebro desde que era un infante y que por esa razón tenía disminuidas sus capacidades.

Algo similar es lo que le ha ocurrido a Mary McCarthy, una trabajadora de la cocina del hospital neozelandesa que llevaba más de 30 años con un dolor fuerte en el tabique nasal. Tras hacerse una prueba PCR en el hospital empezó a dolerle aún más la nariz. Fruto de esto fue a urgencias y allí le dieron a conocer el problema de sus dolores: una ficha de parchís incrustada en su nariz y ya calcificada. Tuvo que ser intervenida para desalojarle la pieza del popular juego de mesa, que llevaba ahí exactamente 37 años. La ficha era amarilla, por cierto.

El capítulo en el que detectan el lápiz de Homer

McCarthy, de 45 años, y que se recupera de la intervención, explica en el periódico Stuff que recordaba haber jugado de pequeña con sus siete hermanos y hermanas y que cuando tenía 8 años decidió hacer una versión libre del juego colocándose piezas en los dos lados de los agujeros de la nariz para exhalar con fuerza y lanzarlas. En una de esas debió de quedarse la pieza en el interior de su nariz. poner una pieza en cada fosa nasal y “soplándolas para ver cómo iban”.

"Una vez inhalé accidentalmente uno en lugar de soplarlo, y estaba un poco asustada para decírselo a mi madre, así que no lo hice. Recuerdo estar aterrorizada en ese momento". La mujer expresa que debió de borrar ese episodio de su mente y siguió con su vida como si nunca hubiera ocurrido.

"Siempre tuve dificultades para respirar por la nariz a lo largo de los años, pero nunca lo pensé mucho".

La PCR el detonante

La mujer explica que tras someterse a una PCR, el palo del frotis utilizado para la prueba debió de dañarle la zona o moverle la pieza. "Mi nariz goteaba constantemente y tenía mucho dolor", decía. Acudió a varios médicos generales que atribuyeron el dolor a una afección crónica de los senos nasales. "Pasé muchas cosas en mi vida, así que lo dejé en un segundo plano".

Cuando ya no podía aguantar más tuvo que ir a urgencias: "Afortunadamente, la enfermera y el médico creyeron que era más que dolor en los senos nasales. Me preguntaron si alguna vez me había metido algo en la nariz y entre risas recordé el desafortunado episodio del parchís".

Un TAC reveló un objeto en la parte superior de la nariz, el doctor trató de extraerlo pero estaba calcificado y era demasiado doloroso para quitarlo sin dormirla. El médico logró desprenderlo y sacarlo no por la nariz, sino por la boca. intentó quitárselo mientras estaba despierta, pero era demasiado grande y demasiado doloroso. "Cuando me desperté y vi la ficha, descubrí que ni siquiera había perdido su color. Había calcificación a su alrededor y probablemente por eso mi nariz se había torcido un poco ".

De la ficción a la realidad, de mano de Los Simpson. ¿Qué será lo siguiente?

1 Comentario

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último