Desarticulada la mayor red de narcoveleros del mundo

La operación, desarrollada en España y otros siete países, deja 50 detenidos y ocho embarcaciones y 1.500 kilos de cocaína intervenidos

Así operaba la mayor red de narcoveleros del mundo

Así operaba la mayor red de narcoveleros del mundo / Vídeo: Europa Press

La Policía Nacional ha desarticulado la mayor organización de narcoveleros del mundo, que operaba entre Sudamérica y Europa, en una operación conjunta llevada a cabo en España, donde se asentaba, y otros siete países, en la que han sido detenidas 50 personas e intervenidos 1.500 kilos de cocaína y ocho embarcaciones.

En España han sido arrestados 26 presuntos integrantes de la organización y se han llevado a cabo trece registros en Málaga, seis en Valencia, cinco en Almería, dos Alicante, uno en Gerona y otro en Murcia.

Entre los detenidos se encuentran 16 noruegos, de los que destaca un atracador de bancos y furgones blindados que ya había cumplido 15 años de prisión y que desde hace un año había pasado a integrar este grupo por su experiencia delictiva y el respeto del que gozaba ante las mafias del este de Europa.

Además se han practicado 13 registros en Noruega y otros en Bulgaria, Reino Unido, Panamá, Trinidad y Tobago, Portugal y Colombia, países en los que han sido detenidas otras 24 personas, informa la Dirección General de la Policía.

La organización se encomendada a un santero para recibir la bendición y el éxito en las operaciones de transporte de cocaína y además de la droga y las embarcaciones referidas se han intervenido 36 vehículos y 85 terminales telefónicos.

Cuatro años de investigación

La investigación ha sido impulsada por un Juzgado de Arrecife (Lanzarote) y por la Fiscalía y el operativo ha sido liderado por la Policía Nacional española con el apoyo de autoridades de Noruega, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Polonia, Portugal, Bulgaria, Panamá y Santa Lucía, además de Europol y del Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en Materia de Narcotráfico europeo.

Se inició en junio de 2020 conjuntamente con las autoridades del Reino Unido al detectarse una organización británica asentada en España, que contaba con canales de comercio internacional de tráfico de cocaína desde Sudamérica a Europa a través de España.

Los investigadores identificaron a los integrantes de la organización y descubrieron que disponían de un conglomerado de embarcaciones que registraban a nombre de otras personas.

Averiguaron que la organización operaba en Tenerife, Gran Canaria, El Hierro y Lanzarote estableciendo enlaces marítimos hasta Sudamérica con los que creaban narcorrutas.

A su vez, desde el sur de España los responsables de la organización coordinaban y dirigían los transportes de cada embarcación y mantenían las reuniones con los enlaces de los países de origen de la droga.

El líder de la organización, conocido como El profesor y que reclutaba a los tripulantes de los veleros, llevaba operando en el narcotráfico más de 20 años y contaba con la confianza plena de los cárteles colombianos y mexicanos, con los que coordinaba el traslado del estupefaciente a España.

Blanqueo de dinero, alto nivel de vida

El dinero generado por estos cargamentos era reinvertido en nuevas operaciones y blanqueado a través de un tejido empresarial que operaba en varios países.

Miembros de esta organización del grupo denominado Balkan Cártel llevaban en la costa del Sol un elevado nivel de vida y operaba con negocios empresariales que permitían dar salida a los beneficios que obtenían de su actividad ilícita.

Los agentes identificaron diez embarcaciones que la organización tenía habilitadas para las narcorrutas y tenían diferentes bases de operaciones en España y Sudamérica.

En España se detectó que utilizaban Valencia, Alicante, Almería, Málaga y Canarias como puntos logísticos antes de zarpar a Sudamérica, donde se ubicaban en Brasil, Colombia, Guayana, Trinidad yTobago, Santa Lucía, Barbados y Panamá para mantener los veleros preparados a la espera de recibir las órdenes de El profesor y de su lugarteniente para salir a cargar el estupefaciente.

Los miembros de la organización realizaban las comunicaciones para estas operaciones con sistemas cifrados de seguridad y en los niveles más alto del entramado cada uno de ellos disponía de hasta quince terminales telefónicos.

Los agentes detectaron la preparación de dos veleros que iban a recibir más de mil kilos de cocaína cada uno por lo que se estableció una acción para evitar que se llevara a cabo la carga en aguas internacionales y se solicitó auxilio judicial en numerosos países.

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