Cubo de Rubik: Nuevo récord mundial de velocidad
Campeonato Mundial
El estadounidense Max Park ha parado el crono en 5,9 segundos en el Campeonato Mundial de Cubo de Rubik
Nuevo récord mundial de resolución de un cubo de Rubik. Max Park se ha proclamado campeón del mundo de velocidad de cubo de Rubik tras hacer un registro de 5,9 segundos en el campeonato Mundial de cubo de Rubik que patrocina la empresa de bebidas energéticas Red Bull.
El evento se ha realizado vía streaming en directo para todo el mundo con un toque casero que le ha dado emoción y ha dejado un nuevo récord mundial.
Max Park es un estadounidense de 18 años que tiene autismo y que ha superado a su rival y ganador de las ediciones 2013 y 2015 el australiano Feliks Zemdegs por 14 centésimas.
Red Bull empezó a patrocinar el evento en 2018, año que fue para Park; el 2019 se lo llevó Zemdegs. Y el 2020, el año marcado por la pandemia, Park ha desempatado consiguiendo el premio de 40.000 dólares.
Historia del cubo: de mágico a Rubik
El original cuadrado que hace estallar la cabeza fue inventado en 1974 por el escultor y profesor de arquitectura Erno Rubik, de la Universidad de Budapest. Su creador estaba lejos de poder saber que su idea se convertiría en el juguete más vendido del mundo.
Para Rubik, su cubo era más que un juguete, ya que lo concibió como un un instrumento con el que explicar a sus alumnos conceptos como las relaciones espaciales o los contrastes de la condición humana.
Tras presentar el prototipo a alumnos y amigos, Rubik decidió registrar su invento en 1975 en la oficina de patentes de Hungría con el nombre de cubo mágico.
Los primeros cubos mágicos fueron fabricados y distribuidos en Hungría por Politechnika, adquiriendo mucha fama entre los habitantes del país. En esa época Hungría pertenecía al régimen comunista, por lo que resultaba difícil que los cubos mágicos salieran del país a otros países durante esos años.
La Feria del Juguete de Nuremberg marcó un punto de inflexión para el juguete matemático, ya que allí se hizo un nombre entre los asistentes. Entre ellos estaba Tom Kremer, un especialista del mundo de los juguetes, que se comprometió a venderlo y distribuirlo por todo el mundo a través de la empresa Toy Company, no sin antes establecer un nuevo nombre para el producto, con el que ya siempre sería conocido: Cubo de Rubik.
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