La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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El coronavirus, sus secuelas y consecuencias parecen no dejar de sorprender, y es que, cuanto más se profundiza en esta enfermedad, mayores son las implicaciones que se descubren.
Recientemente, diferentes investigaciones se han orientado hacia la posibilidad de que el coronavirus esté impactando contra la salud neurológica de quienes lo padecen. La cuestión es que no se trata solo del proceso infeccioso, sino que se hace más evidente una vez superada la enfermedad y entre aquellos pacientes que sufren covid persistente.
Y es que, según parece, más allá de los reconocidos síntomas como la pérdida del gusto y la pérdida del olfato, se están sumando dolencias como cefaleas, problemas de memoria y de concentración, fatiga crónica, dolores musculares o mareos a las consecuencias derivadas de haberse enfermado por el virus SARS-Cov-2, según ha apuntado la Sociedad Española de Neurología (SEN).
El doctor Jesús Porta, vicepresidente de la SEN y neurólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, ha declarado al periódico 20minutos que "Las quejas que tenemos en nuestras consultas son fundamentalmente por las dificultades cognitivas, los trastornos en la planificación, la dificultad para encontrar la palabra exacta, lo que habitualmente se llama niebla mental". Este especialista ha alertado sobre "una situación de alta prevalencia y muy limitante para los afectados, y en la que aún no se han conseguido identificar los procesos patológicos implicados".
"Por un lado, la fisiopatología del virus, que tiene diferentes mecanismos de acción, y por otro la situación pandémica en sí misma, han hecho probablemente que muchas manifestaciones del long covid hayan sido neurológicas. Los procesos inflamatorios que pueden acompañar al virus y la situación de especial estrés que estamos viviendo pueden hacer que estos síntomas estén teniendo mucho protagonismo", ha declarado Jesús Porta a 20minutos.
El experto asegura el coronavirus es un virus "muy poco neurotropo", es decir, que invade muy poco el cerebro. Es por ello que no barajan la posibilidad de que estas secuelas se hayan derivado de una invasión del virus al cerebro.
Sin embargo, cuando se le pregunta por los posibles motivos de estas secuelas, Porta declara que "hemos visto que en un porcentaje de pacientes, las pruebas de neuroimagen funcional presentan unas alteraciones que podrían justificar los síntomas". Sin embargo, automáticamente después añade "Cuando miramos la imagen del cerebro no vemos ninguna lesión".
Consideran, por tanto, que esa disfunción puede ser producida por el proceso inflamatorio que se ha podido tener durante la infección, pero se trata de una afirmación que no pueden aplicar a todas las personas que acuden a la clínica con este cuadro de síntomas.
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