'Espera dos horas antes de bañarte': ¿Es el corte de digestión un mito o una realidad?

La frase "no te metas en el agua después de comer o tendrás un corte de digestión" es uno de los mitos veraniegos más repetidos y escuchados cada año. La verdad es que un corte de digestión podemos sufrirlo tanto dentro como fuera del agua, ya que se trata de la interrupción del proceso digestivo y esta puede darse por diversos motivos. Pero, ¿se corta realmente la digestión cuando nos metemos en el agua?

Al meternos en el agua de forma brusca y cambiar la temperatura corporal rápidamente, podemos sufrir un corte de digestión o una hidrocución. Introducirse de golpe en agua muy fría puede dar lugar a una bajada brusca de la tensión arterial, y como consecuencia de ello, pueden producirse mareos, malestar general, náuseas, debilidad y pérdida de conocimiento, con el consiguiente riesgo de ahogamiento. En casos muy extremos, puede llegar a ocasionar una parada cardiorrespiratoria.

Pero ello no implica que no se pueda dar un baño tras una comida. De hecho, en la mayoría de los casos, una hidrocución (que no corte de digestión) se produce al entrar en contacto con el agua y producirse un cambio brusco en la temperatura corporal. El hecho de haber comido antes no tiene nada que ver. Por ello, es recomendable meterse en el agua de forma progresiva, procurando que el cuerpo se adapte poco a poco al cambio de temperatura. Las zonas más sensibles de nuestro cuerpo a este cambio son: nuca, abdomen, tórax, muñecas y tobillos.

El pediatra y escritor Carlos González comenta que "cada verano sale en las noticias que alguien ha muerto por un corte de digestión. No, perdonadme: han muerto ahogados". Además, asegura que se trata de "un mito típicamente español". Y es que, por el momento, no hay ningún estudio que confirme la relación entre haber comido y el ahogamiento. Por lo tanto, el baño después de comer no puede considerarse como algo peligroso, aunque eso sí, han de respetarse las medidas de seguridad y el sentido común, sea la hora que sea.

El riesgo de sufrir un corte de digestión es independiente de la edad. Y han de tenerse en cuenta algunos factores como que el agua esté especialmente fría o la temperatura corporal sea elevada (pues los cambios bruscos de temperatura aumentan el riesgo de sufrir un corte de digestión) y las comidas abundantes, que aumentan el riesgo de sufrir una hidrocución porque, después de comer, la sangre se acumula en el aparato digestivo y llega en menor cantidad al resto del cuerpo.

La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, recomienda, en caso de sufrir un corte de digestión, salir del agua enseguida y tratar de pedir ayuda a alguien en caso de no poder hacerlo. Una vez fuera del agua, permanecer un rato en reposo, mejor tendido con las piernas en alto para asegurar el flujo de sangre al cerebro, aunque en ese momento la tensión esté baja. En caso de no recuperarse, habrá que pedir ayuda al socorrista, a los servicios de vigilancia o llamar al 112.

Consejos para evitar la hidrocución

Desde la OCU, ofrecen algunas medidas y consejos para prevenir la hidrocución:

• Evitar la combinación de estos tres factores: agua muy fría, cuerpo caliente y entrada de golpe en el agua
• Evitar zambullidas bruscas después de la comida, pero también después de hacer un ejercicio intenso o incluso después de haber estado un tiempo prolongado al sol calentando en exceso tu cuerpo. Sí puedes bañarte, pero no te tires de golpe: es mejor introducirse en el agua de forma gradual o mojarse antes algunas partes del cuerpo para ir acostumbrándolo al contraste de temperatura
• Es preferible no hacer ejercicios intensos en las horas de más calor
• Cuando la temperatura es muy elevada, al aire libre, olvidarse de comidas copiosas: mejor optar por alternativas de menús saludables y veraniegos
• Cuidado con el alcohol: una ingesta excesiva siempre es un riesgo, y más para los bañistas