Cómo conseguir que no se dispare el presupuesto de una reforma en casa
Algunos consejos para que el presupuesto de una reforma se adapte a nuestro bolsillo
Se duplican las reformas en cocinas y terrazas
En el periodo de confinamiento por coronavirus nos ha dado tiempo a realizar muchas cosas en casa. No solo disfrutar de la misma sino también atender a esos desperfectos que siempre postergábamos. ¿Aquella puerta de la cocina que no cerraba bien porque había que apretar un tornillo? Ya no es un problema.
En esta etapa más de uno ha demostrado, además, sus habilidades en la pintura, carpintería y fontanería. No ha sido para menos. Estar 24 horas en casa por obligación, nos ha hecho ver esas pequeñas cositas que antes no suponían ningún problema o, simplemente, ni siquiera nos habíamos percatado de ellas.
Lo que ocurre es que, quizá, por primera vez en mucho tiempo, nos hemos vuelto a reencontrar con nuestra vivienda y, ahora, tenemos otra relación. La queremos más y mejor. Y puede que nos hayamos venido arriba y nos apetezca realizar una reforma más seria en nuestro hogar.
Obviamente, pretenderemos que el presupuesto no se dispare y, para ello, deberemos ser precavidos y tener en cuenta una serie de aspectos que nos pueden ayudar a identificar aquellos puntos en los que puede afectar una mala planificación en cuanto a nuestro presupuesto. Veamos algunos consejos para que el presupuesto de una reforma no se vaya por las nubes.
Buscar un profesional
Lo más sensato en estos casos es contar con la ayuda de profesionales para que la reforma no se alargue en el tiempo y el presupuesto esté adaptado. En este sentido, podemos buscar referencias y preguntar a otras personas que hayan tenido una buena experiencia en sus propias reformas. Está claro que para cualquier obra hay que armarse de valor y paciencia, pero tratar con personas que sepan hacer su trabajo marcará la diferencia.
Compara, siempre
Debes pedir varios presupuestos a distintas empresas o profesionales para poder comparar. Y, por supuesto, es necesario analizar los materiales que se van a utilizar y los metros presupuestados de cada una de las partidas como, por ejemplo, posibles paredes a demoler, materiales a instalar y tener las prioridades claras de lo más imprescindible.
Fijar un plan propio
Necesariamente, hay que establecer las zonas en las que se puede gastar más dinero y en cuáles es necesario ahorrar. Por ejemplo, ahorrar en ventanas o muebles de cocina puede no ser la mejor idea; por eso, nuevamente, debemos pedir consejo profesional.
Sencillez, ante todo
Los colores claros -el blanco de toda la vida- y las estancias no recargadas ayudan a potenciar la entrada de luz natural, lejos de estancias llenas de colores y, en consecuencia, más costosas. Por otra parte, molduras, arcos u otros elementos pueden encarecer la reforma, por lo que tendremos que valorar si podemos prescindir de esos elementos superfluos. En suma, menos siempre termina siendo más. Y se notará no solo en un mejor resultado sino en el presupuesto.
¿Demoler o no demoler?
Evaluar las estancias con las que contamos y replantear su uso para minimizar las demoliciones puede ser una buena idea muy sabia que repercutirá en el buen sentido. Los espacios abiertos o la separación, a través de biombos o alfombras en base a nuestras necesidades será, sin duda, una gran ayuda para nuestro bolsillo.
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