La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
METEOROLOGÍA
Sevilla/La formación de la niebla, un fenómeno muy común, se da debido a procesos específicos en la atmósfera que afectan la visibilidad. Este fenómeno se produce cuando pequeñas gotas de agua se suspenden en el aire, creando una capa de baja visibilidad que puede variar en densidad y duración. Los distintos tipos de niebla se originan bajo condiciones atmosféricas particulares y pueden tener un impacto notable en actividades como la conducción y la navegación.
La niebla se genera cuando el vapor de agua en la atmósfera se condensa en gotas de agua diminutas, que son demasiado ligeras para caer al suelo. Este proceso ocurre generalmente cuando el vapor de agua entra en contacto con una corriente de aire frío, condensándose y formando niebla. La presencia de pequeñas partículas en el aire, como sal en áreas costeras o polvo en zonas urbanas, facilita la condensación del vapor de agua. La formación de niebla depende de factores como la temperatura, la humedad, el viento y la nubosidad, siendo más probable en áreas con alta humedad y ausencia de viento.
La niebla reduce drásticamente la visibilidad horizontal, afectando el transporte terrestre y aéreo. En la carretera, la niebla densa exige precauciones como reducir la velocidad, mantener distancia de seguridad, utilizar luces antiniebla y evitar las luces altas. En la aviación, la niebla puede causar retrasos y cancelaciones de vuelos debido a la reducida visibilidad para el despegue y aterrizaje.
Aunque relacionados, estos tres fenómenos se diferencian en densidad y formación. La niebla es la más densa, reduciendo la visibilidad a menos de 1 kilómetro. La neblina es menos densa, permitiendo una visibilidad de 1 a 2 kilómetros. La bruma, aún menos densa, afecta mínimamente la visibilidad y es causada por partículas de agua más pequeñas suspendidas en el aire.
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