Cómo ahorrar en la factura de la luz de tu segunda residencia
La OCU propone tres soluciones para evitar que la factura de luz se convierta en un problema inesperado en las segundas residencias
Las tarifas de la luz están cambiando y, como ponen de manifiesto todas las organizaciones de consumidores, quien consume poco se ve seriamente perjudicado, algo que puede convertirse en un problema inesperado en el caso de las segundas residencias: no estás casi nunca y las bombillas te duran años. La luz de tu segunda casa se enciende poco, pero las facturas seguirán llegando igual de puntuales y aún más jugosas
Como explican desde la OCU, las turbulencias en el sector eléctrico han traído cambios importantes en uno de los aspectos más complejos de la factura: los peajes o tarifas de acceso. Si antes se pagaban sobre todo en función del consumo, ahora crece el peso de la potencia. La luz que gastas te saldrá un 10% más barata, pero el término fijo ha subido un 92% en el último año.
OCU, en su página corporativa, propone tres soluciones sencillas y concretas para ahorrar en las viviendas vacías:
- Cortar la luz: Una medida radical pero razonable si esa casa no se va a usar. Si vas a usarla poco piénsatelo bien: ahorrarse la potencia durante 11 meses puede compensar el coste de volver a darte de alta, pero si es una vivienda antigua te harán pagar bastante por el trámite.
- Bajar la potencia: Cada kW de potencia que rebajes significará recortar tu factura en más de 60 euros al año. Si nunca “saltan los plomos” es probable que tengas más potencia de la que necesites.
- Cambiar de tarifa: el mercado eléctrico anda revuelto y hoy más que nunca es fundamental encontrar la oferta que mejor se ajuste a tu perfil.
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