La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Huyan del negro en Sevilla, algo ocultan
Los bebés necesitan la luz del sol para así asegurarnos de una adecuada producción de Vitamina D, que interviene en el desarrollo de los huesos y en la función del sistema inmune. Estudios recientes apuntan que es suficiente con 30 minutos de exposición semanal al sol, aunque son unas pautas que pueden ser difíciles de cumplir en muchos casos durante la actual situación de confinamiento por la COVID-19.
Así lo explica la experta Mercedes Gil en un artículo publicado en el site The Conversation. Por otro lado, la especialista señala que es importante respetar el ciclo día-noche, favoreciendo las actividades matutinas con el máximo de luz natural posible. "El descanso nocturno conviene realizarlo en ambientes con mínimos de luz y ruido", recuerda.
Otro aspecto a tener en cuenta según Gil es que los bebés necesitan un aprendizaje continuo. En esta etapa de la vida aprenden a comer, a moverse, a hablar y a relacionarse, además de formarse su personalidad. Por ello, es importante considerar todos estos aspectos para que se creen buenos hábitos de salud como comer solos, comportarse bien, o lavarse las manos o los dientes.
Para compensar estos posibles efectos negativos en lo bebés o niños menores de 2 años promovidos por este confinamiento, podemos seguir unas sencillas recomendaciones.
Los recién nacidos o lactantes menores de 3 meses suelen pasar mucho tiempo en casa, y generalmente solo comen y duermen. El hecho de que el confinamiento ocurra en el tránsito del invierno a la primavera puede limitar simplemente algún paseo al aire libre.
En la situación actual, los lactantes pueden dormir cerca de alguna ventana que tenga luz, de forma que al menos las manos y la cara puedan recibirla.
En los niños de más de 6 meses es importante, aún estando en casa, dedicarles tiempo para realizar una estimulación psicomotriz adecuada y aprovechar la situación de confinamiento familiar para dedicarles más tiempo. Los hermanos pueden hacerles reír, enseñarles objetos para que los cojan.
El hecho de estar confinados no debe implicar dejar al niño sentado en la silla o despierto en la cuna sin ningún otro estímulo.También podemos aprovechar esta circunstancia para incidir más en diversificar la alimentación y dedicar más tiempo a probar nuevos alimentos o texturas.
Quizás los que más noten las limitaciones de este aislamiento sean los niños mayores de un año, que comienzan ya a andar, y quieren salir a explorar y moverse continuamente. En este caso, debemos mantener la calma y la paciencia, y buscar otras opciones. Por ejemplo, bailar con música infantil, enseñarles a saltar, subir o bajar escalones, o realizar ejercicios en el suelo.
Hay que hacer especial mención al cuidado extremo para evitar los accidentes domésticos, que están aumentando en este periodo de confinamiento. Aunque conviene promover la actividad física, esta debe ser supervisada por un adulto. Sobre todo para evitar caídas o traumatismos.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios