Estas son las clave para vivir más de 100 años

A todos nos gusta vivir lo máximo posible y en España tenemos una esperanza de vida muy alta, 83 años. Pero llegar a los 100 años es todo un logro, y no muchos consiguen hacerlo bien. Esta es una cuestión en la que la genética tiene un gran peso, pero cuidarse también tiene muchísima importancia. Hay estudios de heredabilidad que estiman que llegar más allá de los cien años depende en una tercera parte de nuestros genes. Los dos tercios restantes se deben a cómo vivimos.

Un trabajo recién publicado muestra qué hay de diferente, a nivel del código genético, en personas con 105 años o más cuando se comparan con individuos sanos de 68 años de edad. En este estudio se han encontrado mutaciones genéticas que afectan a dos genes (STK17A y COA1) implicados en cómo las células reparan el ADN dañado y en los procesos de oxidación y respiración celular. Ya se sabía que entre los mecanismos asociados a la longevidad están la capacidad de reparación del ADN y los procesos de estrés oxidativo. Pero en este estudio se presentan qué mutaciones en concreto están relacionadas con la longevidad.

Por otra parte, hay personas que con la misma edad se ven más jóvenes o más mayores entre si. Esto tiene que ver con la edad biológica y la edad cronológica. La edad biológica se podría definir como el mejor estimador posible que permite predecir el estado de salud y la esperanza de vida de una persona. La edad cronológica es, simplemente, el tiempo que transcurre desde el nacimiento. Generalmente, las personas que llevan un estilo de vida saludable ven reducida su edad biológica, por eso es tan importante cuidarse, no solo por la imagen, sino por el deterioro de nuestras células.

Envejecer con salud

Un estudio reciente propone que, con llevar a acabo un programa de tratamiento de sólo ocho semanas, se puede reducir en unos tres años la edad biológica. La intervención se llevó a cabo en un grupo de 43 personas con edades comprendidas entre los 50 y los 72 años, y se centró en la dieta, el sueño, el ejercicio, la relajación y suplementos como probióticos y fitonutrientes.

Llegar a los 100 años y superarlos con buena salud es posible, pero muy pocos lo consiguen. Un envejecimiento saludable y sin demencia es posible, incluso con la presencia de lesiones detectadas tras el fallecimiento. Por lo tanto, es necesario que se establezcan e implementen medidas e intervenciones adecuadas para estas personas tan longevas, de modo que se promueva al máximo su bienestar cognitivo, físico, social, cultural y emocional.

En estos casos la ayuda de un profesional resulta fundamental.