Los científicos ponen la tecnología móvil al servicio del paciente
Un grupo de Castilla-La Mancha diseña aplicaciones para el ámbito sanitario
Conseguir que los móviles sean los ojos o las manos de personas dependientes o con problemas de salud. Ese es el objetivo de una de las aplicaciones informáticas diseñada por del grupo de investigación Modelling Ambiente Intelligence (MAMI) de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Con este dispositivo el teléfono identifica objetos mediante el contacto, de manera que permite hacer la compra o pedir una receta al médico sin necesidad de levantarse del sillón. "Lo único necesario para activar el mecanismo es acercar el móvil a una etiqueta que contiene una antena y un pequeño chip donde almacena información", explica el director del grupo, el profesor José Bravo, quien añade que el intercambio de datos se realiza por radiofrecuencia. "Sólo hay que acercar el teléfono al medicamento que necesita el paciente. El médico recibe la solicitud y tras consultar el historial da su confirmación a la farmacia para que lleve a casa el medicamento". Una solución que facilitará la labor al usuario y al especialista.
SUS APLICACIONES
Además, han diseñado otras aplicaciones con diferentes usos dentro del ámbito sanitario con el objetivo de simplificar la interacción.
Una de ellas para rehabilitación "que consiste utilizar el acelerómetro del iPhone para detectar los movimientos de los pacientes tanto en la clínica como en casa; otra para calcular las calorías en las personas que padecen obesidad y una última que consiste en un framework para multimonitorización móvil que permitirá a cada médico controlar a su paciente a través del teléfono y el dispositivo biométrico elegido para cada caso (según perfil y enfermedad) sin necesidad de que el enfermo tenga que hacer nada, tan solo, llevar consigo el móvil en todo momento". "Me gustaría explicarlo con un ejemplo", solicita el director de MAMI. "Pablo llega a visitar a su madre como todas las mañanas y se la encuentra en el suelo. Después de preguntarle reiteradamente, ella le dice que anoche tuvo una caída de la que no se pudo levantar y pasó toda la noche tendida en el suelo. Nuestra apuesta para este caso consiste en pedirle a la madre de Pablo que lleve su móvil consigo en todo momento, de este modo, el acelerómetro, mediante una aplicación nada complicada, detectará que se ha caído y que no se puede levantar. Automáticamente, Pablo recibirá un mensaje de alarma en su móvil".
Entre las motivaciones para investigar sobre el uso de la tecnología en el ámbito de la salud, el profesor destaca la necesidad de poner la tecnología al servicio del usuario. "Los entornos asistenciales son perfectos escenarios ubicuos donde la movilidad, comunicaciones y, en definitiva, la puesta en marcha de entornos inteligentes asistenciales es algo muy atractivo. La necesidad de monitorizar a personas dependientes hace que tome fuerza el concepto del hospital en casa pero, atendiendo a un concepto muy importante que es la desaparición de la computadora y de la interacción con la misma".
Los orígenes
Una línea de investigación, en la que hoy día trabajan más de una docena de expertos con diferentes perfiles desde informáticos o médicos hasta psicólogos, pero que surgió por las ideas de Mark Weiser sobre Computación Ubicua en los laboratorios Xerox en Palo Alto (California) a mediados de los ochenta y en un paso posterior, por el concepto de Inteligencia Ambiental (AmI) acuñado en Europa.
Ambas visiones tienen como objetivo principal el distribuir la computadora tradicional en pequeños elementos diseminados en el entorno que nos prestarán servicio sin requerirlo, es decir, de manera natural, implícita.
"Aportan naturalidad y control. Esto es, sin complicar la vida al usuario en el manejo de aplicaciones informáticas, pretendemos que sea transparente y que el usuario no le preste atención. Por decirlo de otra forma y recordando a Antoine de Saint Exupery, lo esencial es lo invisible a los ojos", apunta el profesor Bravo.
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