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Chocolaterapia: sucumbe a la tentación de embadurnarte de chocolate

La chocolaterapia es muy demandada como tratamiento de belleza por su alto poder antioxidante y sus propiedades reafirmantes.
Fátima Fernández

10 de septiembre 2019 - 09:40

Cuenta la leyenda que el dios mexicano Quetzalcoatl regaló el árbol del cacao (Theobroma cacao) a los hombres, en cuyo nombre ya va implícito que es un 'alimento de los dioses'. Esta semilla fue muy importante en la sociedad azteca, utilizada incluso como moneda de cambio.

En aquella época se elaboraba una bebida líquida y muy energética -oscura, espesa y espumosa-, llamada Tchocolatl, interesante antecedente del chocolate que conocemos hoy en día.

Los amantes de este oro negro no pueden imaginar un mundo sin él, sobre todo por la subida de endorfinas, que provocan sensación de placer y bienestar, y los buenos ratos que hace pasar a nuestro paladar. Es partir una onza y ese sonido ya nos hace cerrar los ojos, salivar y disfrutar del sabor único del chocolate.

La chocolaterapia ha llegado a los centros de belleza y estética para quedarse

En dosis controladas, es un exquisito dulce e ingrediente principal de numerosos postres, ya lo sabemos, pero también tiene propiedades que lo convierten en un fantástico producto de belleza. Hasta tal punto que la chocolaterapia, como terapia de bienestar, ha llegado a los centros de belleza y estética para quedarse.

Más allá de la imagen erótica de embadurnarnos en chocolate líquido (lo estáis visualizando, ¿verdad?), el cacao es una poderosa arma para luchar contra el estrés, la ansiedad o el mal humor. Con esa premisa, también podremos pedir, en nuestro centro de estética, que nos apliquen mascarillas faciales de chocolate -reduciendo las manchas e incrementando la actividad del colágeno y la elastina- y tratamientos corporales con grandes cualidades anticelulíticas. Además, en contacto con la piel, el chocolate desintoxica y reafirma, mejorando la circulación al reducir la inflamación de los vasos sanguíneos.

Los tratamientos con chocolate reducen las arrugas, la flaccidez de la piel y otros signos del envejecimiento.

Fuente de activos

Las propiedades de estas "pepitas" son fuente de activos de gran valor para numerosos productos cosméticos. Las semillas del cacao tienen una composición bioquímica muy rica; de hecho, contienen más de 800 moléculas con propiedades hidratantes, tonificantes, regeneradoras y revitalizantes. Tiene, también, dos compuestos esenciales, xantina y teobromina, que permiten oxigenar los tejidos paliando así los signos del envejecimiento.

Para el cabello, por ejemplo, los productos realizados a base de aceites esenciales de cacao mejoran el riego sanguíneo del cuero cabelludo, lo que aumenta el crecimiento, la fuerza, el brillo y contribuye a reducir la caída en casos de alopecia.

La catequina, un flavonoide presente en el cacao, mejora el riego sanguíneo.

Precisamente, porque es una simiente alta en catequina que, como buen flavonoide, mejora el riego y reduce el riesgo de padecer patologías cardíacas, además de ser anticancerígeno y antimicrobiano.

Y, aunque no está demostrado científicamente su poder afrodisíaco, el chocolate no solo estimula, como ya es sabido, la liberación de endorfinas sino que también es rico en triptófano, que levanta nuestro ánimo y nos provoca felicidad.

Por si fuera poco, a través de tratamientos tanto faciales como corporales, la chocolaterapia puede aportarnos, además, minerales y oligoelementos: calcio, hierro, magnesio, fósforo y vitaminas (A, E y varias del grupo B). Los nutrientes penetran en nuestra piel mediante baños, envolturas de cacao o masajes con aceite o mousse al chocolate y cremas con extractos de cacao, convirtiéndose en cualquiera de sus formas en un "gusto" para nuestra piel.

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