Violencia vicaria: claves del asesinato de un niño de 7 años en Navarra
El padre del pequeño se arrojó con él al vacío tras pasar el fin de semana juntos en su pueblo.
Investigan como violencia vicaria la muerte de un padre y su hijo de siete años en Navarra
El asesino de Carolina, en Getafe, había intentado matarla la noche anterior
Consternación en Navarra tras conocer un nuevo caso de violencia vicaria en el que se han visto envueltos un hombre de 54 años y su hijo, de solo 7. El padre y el niño llevaban desaparecidos desde el lunes, 6 de noviembre y desde entonces se les estaba buscando por inmediaciones de Igúzquiza, el municipio navarro del que era el padre.
El día anterior a desaparecer, el 5 de noviembre, había sido el cumpleaños de la madre del pequeño, de la que estaba separado desde hacía dos años y medio. Aunque la relación era cordial entre ambos el progenitor del niño se encontraba en estado depresivo desde entonces, por lo que la desaparición de ambos se consideraba un caso de extrema gravedad. La persona que se dio cuenta de que no había noticias de ellos fue su madre, quien acudió a recoger a su hijo al colegio y se dio cuenta de que el padre no lo había llevado.
El martes, 7 de noviembre, a primera hora de la mañana agentes de la Guardia Civil hallaron los cuerpos sin vida de ambos en una zona conocida como el Balcón de Pilatos, tras haber desplegado un amplio dispositivo de búsqueda. En un primer momento dieron con la furgoneta del padre, aparcada junto al mirador, completamente abierta, con las llaves puestas, un teléfono móvil y los abrigos de ambos en su interior. A ellos los encontrarían a 300 metros más abajo, tras haberse precipitado y haber muerto en unas circunstancias que no parecían accidentales.
El informe preliminar de la autopsia
Los primeros datos sobre el análisis a los cuerpos del padre y del hijo confirmarían que los dos se tiraron al vacío, posiblemente el padre agarrando a su hijo, y que el pequeño sufrió menos lesiones que su progenitor.
Los forenses apuntan a que esto pudo ser porque el padre protegió con su cuerpo al pequeño en la caída. Txexo, el padre, ya había protagonizado un intento de suicidio en la misma zona hacía algún tiempo en el que tuvo que intervenir la Policía Foral.
Lo había planeado
El día anterior a la desaparición del padre y su hijo había sido el cumpleaños de su madre y puesto que el niño estaba ese fin de semana con su progenitor, habían decidido hacer una videollamada para felicitarla.
Por este motivo los investigadores, que hablan ya de un caso claro de violencia vicaria, creen que Txexo había planeado su muerte y la de su hijo a sabiendas de que era un día importante para su madre.
No obstante el entorno cercano ha afirmado que no se habían producido episodios previos de violencia de género.
Consternación en el pueblo
Josó Joaquín Txetxo Apestegui era natural de Burlada y ejercía como albañil, dedicado principalmente a la reforma de baños. Era aficionado a practicar deportes de montaña y vivía junto a su familia en Igúzquiza, un municipio de apenas 200 habitantes en el que también había vivido su exmujer antes de la separación. La mujer, tras esto, se mudó a Estella, a solo 15 minutos.
En el pueblo, en el que todos se conocían, se han declarado tres días de luto y se han concentrado para guardar un minuto de silencio por la muerte del pequeño. La alcaldesa de Estella, Marta Ruiz de Alda, reconoció el impacto que había provocado el suceso y mostró su apoyo y solidaridad a la familia de las víctimas.
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