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Crimen de la vendedora de cupones: la mataron y la emparedaron con sus boletos

El juicio por el homicidio de María Isabel ha comenzado esta semana en Albacete después de que se constituyera el jurado popular.

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Cartel de búsqueda de la vendedora de cupones / Sos Desaparecidos
Carmen P. Acal

06 de junio 2023 - 16:40

María Isabel desapareció el 19 de agosto de 2021. La última vez que se la vio serían las 5 de la tarde después de haberse pasado el día vendiendo cupones, el oficio por el que todos la conocían en Albacete.

La vendedora, que era una persona con discapacidad, había salido de su casa esa misma mañana de jueves, en torno a las 09:00 horas para dirigirse a la zona de Parque Sur, en la ciudad, a vender cupones. Después de varias horas y como cada día, María Isabel tenía que volver a su domicilio, pero ese día no lo hizo.

Sus familiares supieron de inmediato que algo le había pasado porque era una persona de costumbres arraigadas y era raro que esa noche la vendedora no regresara a casa. Su desaparición fue denunciada unas horas más tarde y se activó un dispositivo para buscarla por toda la ciudad.

Horas después de interponer la denuncia, se realizó una inspección policial en el domicilio de la desaparecida para recabar cualquier indicio que facilitase su localización.

María Isabel tenía por costumbre visitar multitud de bares y cafeterías a diario y la conocían en muchos sitios por eso cuando se abrieron las pesquisas a los investigadores se les hizo muy complejo diseñar qué itinerario iban a seguir y tuvieron que atender multitud de llamadas y avisos de muchas personas que querían colaborar con la Policía Nacional en la búsqueda de la vendedora.

De esta forma, se abrieron múltiples líneas de investigación y todas las informaciones fueron comprobadas, una a una, por los agentes del Grupo de Homicidios de Albacete, que trabajaron sin descanso mañana, tarde y noche para ir verificándolas. En todo momento, el contacto entre los agentes y la familia de la desaparecida fue permanente.

Los primeros indicios

Tras recabar numerosos indicios, la investigación ubicó los últimos pasos de María Isabel en una zona concreta de la ciudad próxima al domicilio de un hombre que podía haber tenido contacto con la desaparecida algo antes de que no se volviera a saber nada de ella.

Se trataba de Andrés, un hombre de 50 años que conocía a María Isabel y a la que le solía comprar los rascas de la ONCE. Tal era su afición por estos boletos que se había convertido en un cliente habitual de la vendedora hasta el punto de que a veces le pedía los rascas y se los acababa pagando más tarde.

El día que María Isabel desapareció Andrés estuvo charlando con ella en la calle. Le debía 50 euros y quería devolvérselos, por lo que le sugirió que subiera a su casa cuando acabara su jornada para que pudiera darle el dinero. Una vez en el domicilio de Andrés y después de haber liquidado su deuda con María Isabel, éste volvió a pedirle más rascas a la mujer.

Al principio ella accedió, puesto que no tenía problema en que le pagara más tarde, pero al ver que el hombre acumulaba una deuda de más de 200 euros se negó a darle más papeletas.

Fue entonces cuando Andrés, en un ataque de ira, la golpeó dejándola caer al suelo. Debido a la discapacidad de María Isabel ésta no pudo levantarse y desde el piso el hombre comenzó a golpearla, ensañándose con ella, y asfixiarla hasta que la mujer dejó de respirar.

Con el cuerpo de María Isabel en el suelo de su casa, Andrés tuvo la idea de ocultarla primero en una habitación, en la que pasó unos días mientras él hacía vida con total normalidad. Luego, asustado por la descomposición del cuerpo, decidió construir un muro en su propia casa y meterla dentro, junto a sus cupones y su datáfono

Así fue como la encontraron los investigadores unos días más tarde cuando, al sospechar de este cliente, pidieron una orden para registrar su domicilio.

Detención y juicio

El investigado fue detenido en la mañana del martes 24 de agosto y reconoció los hechos poco después. En el domicilio del arrestado, al fondo de la vivienda, se localizó una estancia dedicada a albergar herramientas y, en un bloque de cemento levantado en el espacio entre dos paredes, la Policía descubrió el cuerpo sin vida de María Isabel, así como diversas pertenencias que llevaba en el momento de su desaparición, como el terminal TPV que portaba, múltiples cupones y el teléfono móvil, que había sido golpeado con un objeto contundente.

La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Albacete, en funciones de guardia, decretó entonces su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza como presunto autor del asesinato de María Isabel, mientras las investigaciones continuaban.

Dos años después el juicio por el crimen de la vendedora de cupones está teniendo lugar en Albacete con jurado popular. La Fiscalía pide para el acusado la pena máxima (prisión permanente revisable) por un delito de asesinato y otro de hurto a María Isabel, de 44 años, con una discapacidad reconocida del 70% por parálisis. Además el fiscal pide que indemnice a los padres de la víctima con 75.000 euros a cada uno y 20.000 euros más para cada uno de sus dos hermanos.

La defensa ha mantenido, en su escrito preliminar, que el acusado actuó así "por miedo" y ha pedido que sea condenado por homicidio, a cuatro años de cárcel o, en caso contrario, por homicidio con dolo eventual, a diez años de prisión.

Ha considerado que se debe tener en cuenta la "atenuante de arrepentimiento y confesión", porque "colaboró desde el minuto uno y confesó" tanto ante la Policía Nacional como ante la autoridad judicial.

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