Igor Postolache: sus últimas horas antes de suicidarse tras asesinar a una menor
El preso había aceptado la prisión permanente revisable tras violar y asesinar a una niña de 14 años.
¿Quién era Igor Postolache y qué hizo para acabar entre rejas?
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Igor Postolache, el asesino de la niña Erika Yunga, de 14 años, en Oviedo, apareció sin vida el pasado miércoles en su celda de la prisión de Mansilla de las Mulas, en León.
Tal y como recoge Caso Abierto, portal de investigación y sucesos del grupo prensa ibérica, la noticia de su presunto suicidio ha reavivado el dolor de la familia de la pequeña. A Erika la asesinaron y violaron cuando volvía de clase en el portal de su casa, cuando Postolache tenía alguilado un piso en el edificio.
La había estado acechando durante días hasta que pudo cometer el crimen. El entorno de la familia de la niña confía en que la muerte de su asesino "sea el capítulo final del calvario" por el que están pasando y desean que, a partir de ahora, "puedan llevar su dolor en privado".
Los padres de Erika Yunga emigraron a Asturias desde Ecuador hace más de 20 años con su hijo mayor. Se establecieron en Oviedo y en esta ciudad fue en la que nacieron sus dos hijos pequeños. Erika era la menor de los tres.
Una persona cercana a la familia comentaba al citado medio: "Queremos pensar que al final le pudo la culpabilidad”, respecto al suicidio de Postolache.
También explicó que el sufrimiento de la familia Yunga es intenso y ahora espera poder vivirlo con absoluta privacidad. Según refieren sus allegados, estos están siendo "momentos de sentimientos encontrados".
Revivir una y otra vez lo sucedido el 5 de abril de 2022, el día en que su hija fue asesinada, ha sido una pesadilla. "Cuando salieron todos los hechos publicados, con todo tipo de detalles, fue atroz para ellos", afirman. Para evitar más dolor declinaron asistir al juicio. Ahora confían en que el suicidio de Igor Postolache sea el último episodio de esta inmensa tragedia.
La madre de Erika Yunga trabaja desde hace años en el Centro Concertado de Formación Profesional "María Inmaculada", en el casco histórico de Oviedo. La comunidad religiosa que lo gestiona ha arropado a la familia Yunga durante todos estos meses y ha sido uno de sus grandes soportes.
Las últimas horas del recluso
Cuando acabó con la vida de Erika, Igor Postolache tenía 32 años. Había nacido en Moldavia y había vivido con su madre en Trubia. Tras su detención se negó a declarar. En febrero de este año reconoció que el crimen había sido premeditado y aceptó la prisión permanente revisable. Había salido del programa antisuicios de la cárcel. El de Erika fue el último y más grave episodio de una serie de incidentes que había protagonizado entre 2018 y 2019, acosando a varias chicas por las calles de Oviedo.
En la cárcel de León donde fue recluido Igor Postolache no dio problemas por su comportamiento ni protagonizó ningún incidente. No mantenía relación ninguna con otros presos ni apenas con los funcionarios. Solo recibía las visitas de su madre, con mucha frecuencia y a veces más de un par de veces por semana.
El pasado martes los funcionarios le comunicaron que iba a ser trasladado a otra prisión, la de Teixeiro, en La Coruña, y esa tarde, después de comer, fue trasladado a una celda del módulo de ingresos, donde permaneció solo. Esa misma noche Postolache se ahorcó con un cordón atado a un travesaño de la celda.Fuentes del penal leonés indicaron que Igor Postolache no dejó ninguna nota de suicidio.
Instituciones Penitenciarias ha abierto una investigación sobre lo sucedido. Los primeros datos apuntan a que Postolache entró libre y tranquilamente en la celda donde iba a pasar su última noche en León. No fue, por tanto, registrado ni cacheado. Se despidió con educación de dos funcionarios, dándoles las buenas noches. Cuando se quedó solo en la celda decidió acabar con su vida.
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