La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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La gran ilusión de Mireia C.S., la joven de 24 años de Bilbao que el paso miércoles secuestró un niño recién nacido del hospital de Basurto, era tener un bebé. Al parecer, adoraba a los niños y estaba obsesionada con ser madre, pero no lo había conseguido hasta el momento. A su familia y a su compañero sentimental, un joven rumano, padre, a su vez, de una niña, les había anunciado que iba a tener una niña. Sin embargo, con el paso del tiempo comenzaron a temer que no fuera verdad, y que el embarazo solo existiera en su mente.
"Nadie me cree", llegó a quejarse, según recoge El Correo. Enfadada por la falta de confianza de su familia, Mireia se fue de casa hace dos días con la supuesta idea de "dar a luz". Sus familiares llegaron a llamar a los hospitales de Cruces y de Basurto para comprobar si se encontraba allí ingresada y les contestaron que no. Fue en ese tiempo donde Mireia debió de planear el rapto de Aimar.
Todo el entorno de Mireia, que llevaba mucho tiempo queriendo ser madre y no lo conseguía y que "estaba muy presionada", pensaba que estaba embarazada. "Hemos visto las cartillas, hemos hablado con la abuela y estaba súper contenta". Además, ella misma lo colgaba en redes y "presumía" de tripita. Algunas personas de su entorno han declarado a El Programa de Ana Rosa que "ella era muy mentirosa y la madre al final se comía todos los marrones". Quizá por ello fuera una joven con "pocos amigos", como han comentado. "Mireia era rara. Se enfadaba por todo, no salía de casa, no hablaba con casi nadie...". Mireia, que iba informando de todo su "embarazo" en redes, llegó a informar que iba a dar a luz el día 19: "Hoy es el día", escribía.
Así, el miércoles por la tarde se paseó durante casi tres horas por la planta de Maternidad del mencionado centro hospitalario, hasta que encontró el momento idóneo para secuestrar el bebé. Para ello, se vistió haciéndose pasar por sanitaria y entró en varias habitaciones, hasta que se llevó a Aimar simulando que le iba a hacer una prueba de oído, de las primeras que se les practican a los recién nacidos en el hospital. Una vez que ya tenía al niño, llamó a una conocida por teléfono para informarle de que ya había dado a luz, y que en lugar de una niña como le habían dicho, había nacido un varón.
Asimismo, le comunicaba que no tenía adónde ir "en el momento más difícil de mi vida", por lo que la invitaron a que fuera a su piso a pasar la noche. Estas, que no sabían lo que estaba tramando la secuestradora y que todo era una "película" que ella había alimentado, por lo que allí cuidarían de ella y del niño. Mireia llegó a la vivienda aproximadamente a las once de la noche y se fue sobre las ocho de la mañana. Durante este tiempo, el bebé estuvo perfectamente cuidado. Según dijo, se había olvidado en Basurto todos los papeles, por lo que salió a buscarlos con el bebé. Tiempo después, sus conocidos se enteraron del secuestro. Fue entonces, en estado de shock, cuando se pusieron a disposición de la Ertzaintza para ayudar en su localización.
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