La pistola utilizada en el secuestro de Granada no era real
Por el momento se desconocen los motivos del secuestro y el detenido está a la espera de pasar a disposición judicial.
Agresiones sexuales en fiestas: el caso del Carnaval de Sitges
¿Por qué las gemelas de 12 años de Sallent saltaron desde un tercer piso?
La Guardia Civil ha localizado la pistola utilizada por el novio de Berta Linares, alcaldesa del Ayuntamiento de Maracena (Granada), con la que amenazó a una edil del ayuntamiento mientras la secuestraba.
El individuo fue detenido por los hechos el martes, 21 de febrero, por retener contra su voluntad y en su propio coche a Vanessa Romero, concejal en el mismo equipo de gobierno que su pareja. El secuestro duró varias horas y fue la víctima la que consiguió liberarse a sí misma.
La mujer fue interceptada por este hombre después de que Romero hubiera dejado a sus hijos en el colegio, en el municipio granadino de Atarfe.
Allí el agresor, al que conocía de algunos eventos en los que habían coincidido, le pidió que lo llevara a por gasolina porque su vehículo se había quedado sin combustible. Ya estando en marcha fue cuando el hombre sacó una pistola, la amenazó y luego le ató las manos con bridas y la introdujo en el maletero.
Tal y como han compartido fuentes de la Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación, la pistola con la que el agresor increpó a la edil no era un arma de fuego real, sino simulada. Solo bastaron algunas horas para que los agentes de la Benemérita localizaran al secuestrador y lo detuvieran.
El detenido permanece en dependencias policiales y no pasará a disposición judicial hasta este viernes, 24 de febrero, fecha en la que se agotarán las 72 horas de plazo máximo para el arresto, han apuntado las mismas fuentes.
Romero, que antes fue concejal de Urbanismo, habría apuntado ante la Guardia Civil la posibilidad de que su secuestro estuviera relacionado con información comprometida que ella tendría de la gestión municipal. Según han informado fuentes cercanas al equipo de gobierno, ella y la alcaldesa no tenían buena relación.
No obstante, Berta Linares, que compareció ante los medios de comunicación al día siguiente de conocerse los hechos, aseguró que su relación con este hombre se había acabado tras lo sucedido y que se posicionaba al lado de su compañera para todo lo que pudiera necesitar.
La concejal se ha personado este jueves, 23 de febrero, en la comandancia de la Guardia Civil de nuevo. Por el momento no ha trascendido el motivo de su visita pero se baraja la posibilidad de que haya sido para ampliar o modificar declaraciones anteriores.
Una tía de la víctima que además es concejal en el grupo mixto en el Ayuntamiento de Maracena, Esperanza Romero, ha declarado a preguntas de los periodistas y ante la comandancia que la víctima está mal y no quiere hablar con nadie.
Ha añadido que entre la víctima y la alcaldesa había "tiranteces" pero que nadie pudo pensar nunca en un secuestro.
"Sí va a hablar. Después de todo lo que lleva pasado, ella dice que ya que la han obligado, va a hablar", ha apuntado Esperanza Romero en alusión a las intenciones de su sobrina, que por el momento no se ha pronunciado.
Posibles irregularidades
Desde el grupo de la oposición, que pidieron que se celebrara un pleno extraordinario para explicar los motivos del secuestro, han comenzado a hablar de una hipotética vinculación entre el secuestro y posibles irregularidades.
Ante esto Esperanza Romero no ha querido pronunciarse al respecto, dada su posición en el partido de la oposición. No obstante existen sospechas de que la víctima, Vanessa Romero, tuviera información comprometida y que el agresor no quisiera que se destapara.
Por otro lado el hombre que la secuestró está en tratamiento psiquiátrico desde hacer más de seis meses como consecuencia de una fuerte depresión. Por ese motivo se tendrá que esclarecer si actuó siendo consciente de lo que hacía. Por el momento la investigación sigue abierta.
También te puede interesar
Lo último
Solas | Crítica de danza
Carne fresca para la red
Orquesta Bética de Cámara. Concierto 1 | Crítica
El regreso de Turina a Sevilla