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Manuel Alonso tiene, actualmente, 64 años y es un conocido constructor de Málaga. Es la expareja sentimental de Lucía Garrido, a la que asesinaron en 2008 en su casa de Alhaurín de la Torre.
Sobre él pesan numerosos antecedentes penales relacionados con el tráfico de drogas y la compraventa de animales exóticos. Además, en 2009 abatió a tiros, presuntamente en defensa propia, a dos hombres que entraron en el jardín de su finca. De estos hechos quedó completamente absuelto y ahora se cree que fue debido a que contó con la ayuda de alguien de la Guardia Civil que actuó de forma corrupta.
Respecto a su vinculación con el tráfico de drogas Manuel Alonso declaró en 2019 que hizo un intento en el año 2010. “No lo niego. Lo hice para solucionar cosas porque con dinero estaba todo arreglado”, llegó a decirle a un periodista de Telecinco.
Según la Fiscalía, también maltrató a Lucía en varias ocasiones durante el tiempo que estuvieron juntos. Desde que se cometió el crimen de Lucía, Alonso se ha declarado inocente llegando a decir ante los medios de comunicación que nadie había visto nada. El entorno de Lucía define a Manuel Alonso como un hombre sin escrúpulos, frío y calculador.
A Manuel Alonso se le relaciona también con un sector corrupto de la Guardia Civil de Málaga, concretamente con el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza). Según las pesquisas prestaba parte de la finca en la que vivía junto a Lucía para que los agentes llevaran a los animales exóticos incautados a cambio de dinero.
Según Fiscalía a Manuel Alonso le informan de que se va a cometer el crimen entre el 28 y el 30 de abril de 2008. Por este motivo organiza un viaje que haga que esté fuera en ese momento y así pueda excusarse para que no lo relacionen con la muerte de su expareja.
Él sostuvo que iba una bez al mes a ese tipo de viajes en los que visitaba zoológicos y reservas de animales. Sin embargo lo que sorprendió es que en esa ocasión fue durante los tres días seguidos al zoo de Castellar, algo que también llamó la atención de su director. Para los investigadores también fue extraño que recopilara todos y cada uno de los tikets de los sitios por los que fue pasando y que mirara fijamente a las cámaras de seguridad en una de las gasolineras.
A pesar de que siempre se ha declarado inocente, ahora tratan de desmontar su versión y juzgarlo como autor intelectual del crimen de Lucía Garrido a manos del presunto sicario, Ángel Vaello.
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