La madre del niño desaparecido de Morón sustituyó sus pastillas por Actimel
La mujer leyó en un libro ultraconservador que podía sustituir la medicación de su hijo por batidos y complementos alimenticios, lo que pudo hacerle perder la vida.
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Estas son las conclusiones del análisis psicológico a la madre del niño desaparecido de Morón
Dos años después de la desaparición de Antonio David, el niño de 15 años con discapacidad de Morón de la Frontera, su cuerpo sigue sin aparecer y lo que la madre hizo con él es todo un misterio.
La semana pasada trascendieron algunos audios de la madre en los que decía que su hijo estaba muerto pero que ella no lo había matado y que era inocente de su muerte. Además aseguraba haber actuado en pleno brote psicótico y no recordar bien lo que sucedió.
En teoría, Macarena Díaz, que así es como se llama su madre, dejó el cadáver de su hijo en un contenedor en un barrio de Madrid. Había estado viajando con él, ya muerto, pensando que el adolescente resucitaría, según su versión. Cuando entendió que el niño había perdido la vida se deshizo de él y le confesó todo a unos guardias civiles en la provincia de Segovia.
Ahora el medio Caso Abierto ha tenido acceso al sumario del caso y en él queda recogido que Macarena sufre de trastorno bipolar y que dejó de medicarse antes de la desaparición de su hijo, lo que pudo desencadenar en el brote del que habla.
Lo que motivó esta decisión fue el peso que ganaba cada vez que tenía que tomar el litio que la regulaba. Además también dejó de suministrarle la medicación a Antonio David quince días antes de que muriera, en teoría, siguiendo los consejos de un obispo ultraconservador que hablaba de ello en un libro.
Su hijo, por su parte, necesitaba tomar cuatro tipos de pastillas diarias para evitar, entre otros problemas de su enfermedad, sufrir crisis epilépticas. La investigación de la policía ha revelado que Macarena dejó de darle dos de esos medicamentos entre 13 y 15 días antes de morir.
De hecho, varios testigos, desde un sacerdote a la empleada de un supermercado, vieron sufrir al niño violentas convulsiones los días antes de su desaparición. El neurólogo que atendía a Antonio David explicó en su día a los investigadores que si el niño no recibía diariamente la medicación sufriría crisis y convulsiones epilépticas, le saldrían moratones por el cuerpo y podría hasta morir.
La Policía también recuperó las imágenes de las cámaras de seguridad del supermercado, un incidente en el que la cajera ofreció a la madre llamar a una ambulancia, algo que ella rechazó.
Tras desaparecer su hijo, Macarena fue ingresada en un hospital psiquiátrico de Segovia. Hasta allí acudieron dos mujeres policías que la entrevistaron. Ella insistió en que su hijo murió en su casa y luego se fue con él y tiró su cadáver a un contenedor porque "no quería que me cargaran el muerto".
Fue en esa entrevista con las dos policías cuando la mujer apuntó por primera vez que ella es una persona muy religiosa y que el párroco de su pueblo le había recomendado un libro del obispo José Ignacio Munilla, conocido por sus posiciones ultras respecto al feminismo y al colectivo LGTBI, fundamentalmente. Añadió que había "empezado a seguir las pautas" del libro y empezó a sustituir la medicación que necesitaba su hijo por batidos, complementos alimenticios, zumos y Actimel.
Un mes después de esa confesión la madre cambió su versión y afirmó que ella no había retirado la medicación a su hijo. Poco después, Macarena Díaz fue trasladada a un psiquiátrico de Sevilla y luego, el 15 de octubre de 2021, fue puesta en libertad, a la espera de juicio, situación en la que continúa actualmente a pesar de que la familia paterna pide que se acelere la investigación.
A pesar de que Macarena señaló un contenedor de Madrid como el lugar en el que había dejado el cuerpo sin vida de su hijo nunca lo encontraron en los vertederos a los que debería de haber ido a parar el cadáver. En ese momento Macarena volvió a cambiar su versión y aseguró que se lo había inventado todo.
Desde ese momento los investigadores decidieron centrar las pesquisas en otros aspectos y dejaron de buscar el cuerpo de Antonio David en vertederos. Los policías apuntan en sus informes que no creen la versión de la madre. Afirman que la mujer ha sido "de poca o nula ayuda" para encontrar a su hijo. La investigación se encuentra ahora en un punto muerto.
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