Novedades en el caso Alcásser: no hay indicios de que Anglés fuera el autor del crimen

El pasado 13 de noviembre se cumplieron 30 años de la desaparición de Miriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcàsser. Las tres amigas salieron aquel día de sus casas para dirigirse a una fiesta en la localidad vecina, Picassennt (Valencia), a poco más de 3 kilómetros de distancia y cinco minutos en coche. Decidieron hacer autoestop para evitarse el paseo y no se volvió a saber de ellas hasta 75 días después, cuando unos apicultores encontraron sus cuerpos en una zona montañosa de Tous, también en Valencia. Las habían torturado, violado y asesinado. Los considerados autores de los hechos fueron Miguel Ricart, que cumple condena por lo sucedido, y Antonio Anglés, que continúa desaparecido desde entonces y sobre el que se especula que pudo haber abandonado el país o incluso muerto.

El caso, que prescribe en 2029, vuelve a salir a la luz tras considerar que debía reanudarse por contar con técnicas de análisis de ADN más sofisticadas que las que entonces emplearon, hace 30 años. Es el Juzgado número 6 de Alzira el que está llevando a cabo esta investigación y que se va a centrar, por el momento, en analizar de nuevo la moqueta en la que fueron envueltas las niñas así como un trozo de papel mojado que encontraron en el lugar de los hechos y que podrían pertenecer a la entrada de una discoteca.

Félix Ríos, criminólogo fundador de la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, se presentó en 2020 como acusación popular en el caso Alcàsser con el objetivo de arrojar algo de luz a lo que sucedió en 1992. De él provienen, precisamente, las peticiones de volver a analizar pruebas halladas en su días en la escena del crimen ya que tiene una intención directa de recoger muestras de ADN que relacionen directamente a Anglés con el secuestro, tortura, violación y asesinato de las niñas. La justificación que da es que no hay indicios claros que relacionen a Anglés con el sitio en el que se encontró a las niñas ni con la casa en la que se produjeron las violaciones y torturas, aunque fue Ricart quien acusó a Anglés de haberlo ideado todo. Por eso quieren volver a recoger muestras que puedan analizarse con técnicas más moderna, algo que ha sido aceptado por el juez y ha supuesto la reactivación del caso Alcàsser.