Notas anónimas, un supuesto juego y un crimen: ¿Quién mató a Helena Jubany?
La última prueba realizada confirma que los restos de ADN encontrados en su jersey no pertenecen a ninguno de los sospechosos.
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El caso de Helena Jubany es uno de los mayores crímenes no resueltos en España en los últimos años. El suceso tuvo lugar el 2 de diciembre de 2001, hace más de 20 años, pero aun hoy se siguen haciendo pruebas, gracias a que la tecnología es más sofisticada, para esclarecer que pasó con la joven y quién o quiénes estuvieron detrás.
Helena Jubany i Lorente tenía 27 años cuando acabaron con vida. Vivía en Sabadell (Barcelona), donde trabajaba como bibliotecaria.
En septiembre de ese mismo año Helena comenzó a recibir en la puerta de su domicilio unos mensajes algo intrigantes junto a pasteles o botellas rellenas de zumo y de horchata. Las notas parecían provenir de algún conocido que estaba haciéndole una especie de juego, por lo que la chica no se alarmó y se bebió lo que contenían dichas botellas. En una de las ocasiones la joven comenzó a sentirse mal y acudió a un laboratorio para que le hicieran pruebas. El zumo llevaba somnífero.
En noviembre la chica acudió a la vivienda de una pareja, amigos suyos (Santi Laiglesia y Montserrat Careta) y desde allí alguien la secuestró, narcotizó, la subió a la azotea del edificio y la tiró. Helena perdió la vida un rato después.
Lo que en un principio se trató como un suicidio pronto se comprobaría que había sido, como mínimo, un homicidio. A pesar de que trataron de encontrar al autor del crimen y sus amigos pasaron por la cárcel de manera provisional, nunca se hallaron indicios suficientes para dar con el culpable.
Las pruebas de ADN
Los padres de la joven no han cesado en su intento porque se siga estudiando el caso de la joven bibliotecaria y el pasado mes de febrero el juez encargado del caso ordenó su reapertura para que se llevaran a cabo nuevas pruebas. Concretamente una basada en el análisis de restos de ADN extraídos del jersey de la chica. Sobre todo querían comprobar si estos restos podían coincidir con el ADN de Santi Laiglesia.
El análisis de la Policía Nacional ha concluido que estos restos de ADN que se extrajeron tanto del jersey de Helena Jubany como de su cuerpo no pertenecen a Santi Laiglesia, a quien la familia de la víctima y la Policía Nacional siempre ha considerado el principal sospechoso de este crimen sin resolver.
Así lo ha notificado en un escrito el juez Juan Díaz Villar, a cargo del juzgado de instrucción 2 de Sabadell que ha reabierto un caso que ha estado cerrado durante más de 15 años y que, con los resultados biológicos conocidos este martes, pierde su principal baza para acusar a Laiglesia.
Hace dos meses llegaron los resultados que cotejaron el perfil genético de Laiglesia con muestras obtenidas del cuerpo de Jubany durante la autopsia que se practicó a su cadáver en 2001, pero eran negativos. Tras ese primer resultado, el juez Villar ordenó a la Policía Nacional que comparara el perfil genético de Laiglesia con la muestra de ADN que se obtuvo del jersey que vestía Jubany el día de su muerte.
Se trata de una orden que el juez ya había dado al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses pero este organismo solo cotejó el perfil de Laiglesia con las muestras obtenidas de los genitales de Jubany. La Policía Nacional ha completado finalmente la prueba ahora y el resultado ha vuelto a ser negativo.
Las muestras de ADN recogidas tanto del cuerpo de Jubany como de su jersey pertenecen a un hombre desconocido que tampoco es Xavi Jiménez, el otro investigado y a quien se le atribuye la autoría de los dos anónimos que recibió la víctima antes del homicidio. Para la familia de Jubany se trata de un resultado previsible que no altera las sospechosas que albergan hacia los dos investigados.
El jersey analizado
La ropa que vestía Jubany el día de su asesinato permaneció durante dos décadas en un juzgado. Se recuperó del jersey marrón de la víctima que una muestra biológica muy deteriorada que pertenecía a un hombre no identificado. La Policía Nacional, tras reabrirse la causa contra Jiménez, gracias sobre todo a los citados anónimos, ha comprobado que ambos resultados son negativos.
Paralelamente, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, al ser instado por el juzgado de Sabadell a recuperar las muestras que se obtuvieron durante la autopsia que se le practicó a Jubany horas después del crimen, informó que conservaba hisopos –bastones con algodón en la punta– y también muestras obtenidas de una uña de la víctima.
Al analizar por su cuenta estas muestras con la tecnología actual han aparecido tanto en el material que se extrajo de la uña como en el de los hisopos restos genéticos de una tercera persona de la que no se tiene conocimiento alguno pero que se trata de un hombre.
El Instituto ha comparado ese ADN con el de Jiménez y Laisglesia y el resultado ha vuelto a ser negativo en los dos casos.
Los indicios
En el piso desde el que supuestamente arrojaron a Jubany, en el que vivía su amiga Montse, encontraron restos de somníferos así como cerillas (el cuerpo de la joven había sido quemado). Además Laiglesia cayó en contradicciones cuando comenzaron a investigarlo pero nunca hubo pruebas que lo pudieran incriminar de forma directa y por eso el caso por el asesinato de la joven Helena Jubany sigue sin estar resuelto.
En el piso de Montse Careta –pareja de Laiglesia en 2001 y que se suicidó tras ser ingresada provisionalmente en prisión por el crimen de Jubany– se hallaron cajas del medicamento Noctamid –que contiene benzodiacepinas, un psicotrópico del que se hallaron restos en el cuerpo de la víctima–.
En ese mismo domicilio había también cerillas como las que se localizaron en la azotea y que se habrían usado para quemar partes del cuerpo de Jubany. Laiglesia cayó en contradicciones con Montse al ser interrogados ambos por la Policía Nacional tras el crimen. Además, están las llamadas telefónicas que recibió Jubany desde el teléfono fijo del domicilio de Montse en los días anteriores al crimen y que también podría haber realizado el propio Laiglesia.
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