Estos son los motivos por los que es posible que Alves siga en la cárcel

La Fiscalía Provincial de Barcelona compartió ayer, 25 de abril, un escrito en el juzgado de instrucción número 15 de Barcelona para oponerse al recurso presentado por la defensa de Dani Alves mediante el que se solicitaba el fin de la prisión preventiva.

En este escrito queda reflejado que la fiscal entiende que los motivos por los que se acordó su encierro provisional el 20 de enero no han variado. A pesar de que la defensa hable de que no existe riesgo de fuga el Ministerio público sí aprecia que lo haya. En consecuencia, solicita que el exjugador del FC Barcelona continúe en su celda de Brians 2.

Cristóbal Martell, abogado de Alves esgrimió en su último recurso que el deportista tiene argumentos sólidos para defenderse de la acusación contra él por haber violado, supuestamente, a una joven de 23 años.

En relación a su huida expresó que Alves no se iría a Brasil en caso de salir en libertad antes del juicio y pedía que la prisión cautelar se substituyera por otras medidas como la retirada de su pasaporte.

Martell presentó el escrito para sacar a su cliente de la cárcel poco después de que este declarara, a petición propia, por segunda vez en el juzgado de Barcelona. Era su cuarta versión de los hechos pero la segunda ante la jueza que lleva el caso.

En esta segunda declaración, Alves admitió, por primera vez, que sí hubo penetración, pero aseguró que esta fue consentida. Lo hizo después de que se confirmara que habían hallado restos de ADN en la vagina de la presunta víctima. Además aportó algunos argumentos a su declaración, como que es respetuoso con el colectivo femenino y que creía que la chica pudo sentirse mal porque él no fue demasiado atento con ella.

La fiscal, tras escuchar este segundo interrogatorio y leer el recurso presentado por Martell, considera, sin embargo, que la situación no ha cambiado.El riesgo de fuga prevalece según han dejado reflejado y, para garantizar que Alves sea juzgado, resulta procedente mantener la prisión preventiva que ordenó en su día la jueza y ratificó, semanas después, la Audiencia de Barcelona.

La última declaración

El futbolista mantuvo que, tras bailar con la víctima en una mesa VIP de Sutton, le propuso ir al baño a mantener relaciones sexuales, que ella aceptó y que ambos entraron al aseo, en el que no había cámaras. Una vez allí lo que sucedió, según su versión es que él se sentó en el váter, ella se arrodilló frente a él y le practicó una felación. Después, ella se sentó sobre él y él la penetró.

El relato de la joven

La joven, por su parte, relató tanto a los Mossos dos días después de los hechos como en sede judicial, el 20 de enero, que lo que sucedió esa noche fue que siguió a Alves porque él estaba haciéndole gestos insistentes para que se acercara a donde estaba él.

Aseguró que en ningún momento le propuso mantener relaciones sexuales y, mucho menos, ella las aceptó. Finalmente la chica entró en el reservado y cruzó, siguiendo las indicaciones de Alves, a través de una puerta sin tener conocimiento de a dónde conducía. La víctima declaró que, al descubrir que era un baño, quiso salir pero Alves se lo impidió, cerrando la puerta.

Después, según su denuncia, Alves se sentó en el retrete y a ella se la sentó encima por la fuerza. Ella le pidió que parara y suplicó que la dejara marcharse. Él se negó, la tiró al suelo, la agarró por el cuello, la abofeteó e intentó que le hiciera una felación con violencia.

La chica se negó por lo que éste la levantó, la colocó contra el lavabo y, por último, la puso contra el retrete y la penetró hasta eyacular. Esto explicaría las contusiones que la chica presentaba en las rodillas y que fueron analizadas en el hospital.

La versión de la víctima coincidió posteriormente con los indicios recabados por los Mossos. Se encontró el semen de Alves en una muestra intravaginal, la rodilla tenía heridas que constan en el parte médico y se encontraron huellas dactilares ubicadas de forma que parece que la chica estaba arrinconada.

La policía científica contabilizó siete huellas de la víctima en el baño de Sutton y ninguna de Alves. Las huellas de la denunciante estaban en la pica, en la pared y en el váter, según fuentes jurídicas.