La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Según ha informado la Comisaría Provincial de Policía, los hechos tuvieron lugar el pasado 23 de enero, en torno a las 8 de la tarde y en el municipio jienense de Linares.
Los agentes recibieron un aviso porque unos vecinos creían que en el interior de una vivienda se estaba dando una situación relacionada con violencia de género. Cuando los efectivos se desplazaron hasta el domicilio señalado, quien les abrió la puerta fueron un hombre y una mujer que negaron que allí estuviera pasando nada.
Sin embargo los policías comenzaron a escuchar gritos de una mujer que provenían del interior de la casa y que apuntaban a que podía estar sufriendo una agresión física.
Según datos recogidos por Europa Press, cuando los agentes accedieron a la casa encontraron a un varón corpulento encima de una mujer a la que estaba intentando tapar la boca y sujetar las muñecas para que se estuviera quieta y dejara de gritar. La víctima, una chica de 27 años, estaba en estado de nerviosismo, llorando y con marcas en sus brazos, cara y labios.
Tal y como relató la víctima cuando los efectivos lograron liberarla, había vuelto de Reino Unido hacía menos de un mes porque quería divorciarse de su pareja. Sus padres, que residían en Linares, no estaban de acuerdo con la decisión de su hija y empezaron a sospechar, hablando con el ex suegro de la joven, que “se le había metido el mal en el cuerpo”.
Por eso a la llegada de la chica al pueblo, sus padres decidieron retenerla en contra de su voluntad para practicarle un exorcismo. Cerraron la puerta de la casa por dentro y escondieron la llave para impedir que saliera. Así estuvo 22 días seguidos. El único alimento que le dieron en ese tiempo fue agua, azúcar y miel.
En el secuestro también participó el padre de su expareja, que era el hombre que estaba sobre ella cuando los agentes entraron en la vivienda. Según contaron los secuestradores, el exorcismo lo estaban llevando a cabo para que “expulsara el demonio de su cuerpo”, que la había llevado a querer divorciarse.
Tras el relato de la víctima y a la vista de las lesiones que ésta presentaba por su cuerpo, así como lo que los propios agentes habían presenciado, se procedió a la detención de las tres personas que retuvieron a la joven en contra de su voluntad. Fueron trasladados a dependencias policiales y tras ser puestos a disposición judicial quedaron en libertad con cargos por los hechos acometidos. Los tres tienen una orden de alejamiento hacia la víctima.
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