La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Durante la mañana de hoy, 24 de octubre, está teniendo lugar la segunda sesión del juicio por el crimen de Lucía Garrido, en la que tiene que declarar su expareja, Manuel Alonso. A este hombre se le considera el autor intelectual del asesinato de la mujer de 48 años a la que mataron en el año 2008 en su casa de Alhaurín de la Torre, en Málaga. La Fiscalía solicita para él una pena de 25 años de cárcel y 23 para el autor material del crimen, el sicario al que contrataron.
A primera hora de la mañana Alonso ha dicho a las puertas de los juzgados y ante los medios de comunicación que el portavoz de la familia de Lucía, Ignacio Carrasco, “debe tener miedo”. A la pregunta de los periodistas sobre a qué se refería, el acusado ha objetado que “ya se verían las consecuencias” de lo que estaba haciendo. Estas palabras se dan en un caso en el que dos testigos protegidos fueron asesinados y un tercero también fue amenazado.
El caso mezcla narcotráfico, compraventa de animales exóticos y corrupción policial y es posible que estas fueran las premisas para que quisieran acabar con Lucía cuando ésta quiso separarse de Manuel Alonso, ya que tenía información que comprometía a varias personas. Los investigadores creen que el exmarido de Lucía temía que lo denunciara por eso quiso echarla de la casa en la que vivían, pero ella se negó, por lo que creció la tensión entre ellos. Según la Fiscalía alguien del entorno delictivo del hombre propondría una solución drástica: acabar con ella.
De esta manera Manuel Alonso informó al sicario al que contrataron, Ángel Vaello, de los movimientos de Lucía y le facilitó una copia de la llave de la casa. El crimen debía cometerse entre el 28 y el 30 de abril en su domicilio, justo en un momento en el que Manuel Alonso estaba de viaje, algo que le daba coartada.
Manuel Alonso se encontraba fuera de Alhaurín de la Torre, junto a su nueva pareja, cuando tuvieron lugar los hechos. Según él se entero de lo sucedido cuando llegó a su casa, ya de vuelta. “La primera noticia de que Lucía había muerto fue al llegar a la puerta de mi casa”, ha testificado en la sesión de hoy ante el juez. Sin embargo los investigadores del caso y la Fiscalía sostienen que hizo movimientos muy extraños durante su estancia fuera.
Aseguran que el viaje estaba planeado para poderse exculpar. De hecho, se le llegaron a pedir justificantes y tikets de todo el recorrido que hizo estando fuera de Alhaurín y los tenía todos, algo que inquietó a los agentes porque es algo que no se guarda con tanta conciencia.
En ese recorrido tuvo que repostar en dos ocasiones, algo que justificó aludiendo a que su coche consumía mucho combustible. No obstante en una de ellas mira fijamente a las cámaras de seguridad, lo que hace pensar a los investigadores que lo hizo para que lo identificaran con claridad y lo situaran fuera de la escena del crimen. Con estos datos la Fiscalía llegó a la conclusión de que la coartada estaba preparada.
El primer juicio por el caso de Lucía Garrido se celebró en el año 2019 pero una irregularidad hizo que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía lo declarara nulo y solicitara su repetición, algo que está sucediendo durante esta semana.
En 2019 se sentaron en el banquillo cuatro personas: el presunto autor material del crimen, Ángel Vaello, el exmarido de la víctima como supuesto planificador y dos guardias civiles que habrían estado implicados en la premeditación del mismo. En esta ocasión, cuatro años después, solo se sentarán el asesino intelectual, Manuel Alonso, y Ángel Vaello.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios